Uno de los efectos más notables de la pandemia ha sido la ruptura de las cadenas de suministro. Esto es una muy mala noticia para el mundo, en especial para Estados Unidos, y una enorme y quizás oportunidad única para México… que estamos desperdiciando.

Como en el país todo gira en torno a un presidente que no tiene interés en voltear a ver lo que ocurre más allá de sus filias y fobias políticas, no nos estamos poniendo las pilas para aprovechar la situación geográfica y poblacional tan privilegiada que tenemos en un momento de crisis mundial.

¿Por qué se rompieron las cadenas de suministro? La primera fisura vino cuando China decidió cerrar Wuhan y después el país entró para lidiar con la emergencia sanitaria. Desde entonces quedó claro que el comercio global iba a sufrir algunos desabastos, ya que China es la fábrica del mundo.

¿Qué pasó después? Cuando el mundo entero decidió cerrar sus fronteras nos enfrentamos todos (menos China) a un desabasto de cubrebocas y otros insumos médicos para protegernos del Covid19. China, que antes enviaba contenedores con productos a los principales puertos de Europa y Estados Unidos (Los Ángeles, Long Beach y Savannah), ahora comenzó a mandar contenedores a todos los rincones del mundo con artículos de protección médica para el virus. Los contenedores se desviaron de sus rutas tradicionales de ida y vuelta y se fueron a países en África, Asia y América Latina que no tenían productos para llenarlos y enviarlos de regreso a China. Así, hoy hay el mismo número de contenedores, pero regados por todo el mundo y por ello se ha generado escasez.

La situación actual es de falta de contenedores, lo que ha incrementado los precios para poder usar los que están disponibles. Al llegar a los puertos, hay una saturación porque no hay suficientes trabajadores para descargar los contenedores y tampoco hay suficientes conductores de autobuses o camiones para llevarlos por tierra a sus puntos de venta o entrega.

Además se ha dado un cambio en los patrones de consumo por la pandemia, ya que hemos dejado de comprar algunos artículos (ropa elegante, por ejemplo, al estar tanto tiempo encerrados en casa) y se ha aumentado el consumo de otros (artículos para armar oficina en casa, por ejemplo). Esto también ha saturado los puertos de productos que para las empresas ya no son costeables rescatar.

¿Qué oportunidad tiene México ante este escenario? A pesar de que Biden ha anunciado que deben operar 24/7, los puertos de California y Georgia en Estados Unidos están saturados. Para evitar mayores rezagos, México podría ofrecer nuestros puertos en Michoacán, Tamaulipas y Veracruz para poder ayudar a desahogar esta situación. Además, por un lado está la falta de conductores que lleven por tierra las mercancías en EU y, por el otro, la falta de empleo en México, aquí el trabajo de conductor es una enorme oportunidad. La Canacar lo sabe. Han informado como de un sueldo de 50 mil pesos al mes, los choferes de carga ahora llegan a ganar hasta 100 mil pesos.

México tiene la cercanía, la infraestructura y la mano de obra para aprovechar una situación muy compleja —la ruptura de las cadenas de suministro— cuyas secuelas apenas empezamos a ver. Pero en lugar de aprovechar y levantar la mano para resolver, tenemos un presidente empeñado en espantar las inversiones y poco decidido a lidiar con quienes obstaculizaron más de cien días la infraestructura —me refiero a los maestros de la CNTE bloqueando las vías del tren en Michoacán, que servirían también para mover mercancías.

Hay oportunidades en medio de la crisis mundial. México es privilegiado en poder aprovecharlas. Pero poder y querer son dos verbos distintos.


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@AnaPOrdorica

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