Han pasado 50 días del accidente en la autopista México-Puebla, en la que un tractocamión sin frenos chocó contra la caseta de San Marcos y embistió a varios vehículos, en el que murieron 17 personas, entre ellas Mayte, hija de Teresa Rivas, quien hasta ahora no ha sido indemnizada.
“Sinceramente, sí se me está haciendo muy difícil, pero aunque me dieran todo el dinero del mundo, yo sé que no me van a regresar a mi hija, pero sí quiero que me ayuden con lo de mis nietas porque ella era el sustento de esas dos niñas”, dijo.
Mayte viajaba en un vehículo con su novio y la tía de él, ambos de origen colombiano, cuando el tráiler los embistió mientras esperaban pagar el peaje en la caseta, pues se dirigían a Veracruz. Los tres murieron en el percance.
Mayte vivía en Guadalajara, Jalisco, pero venía de visita a la Ciudad de México a ver a la Virgen de Guadalupe en la Basílica. Después de acudir a Veracruz regresarían a La Perla Tapatía, pero ya no pudieron hacerlo.
Desde Guadalajara, Teresa recuerda todo el peregrinar que tuvo que hacer para identificar a Mayte y para trasladar sus restos a su lugar de origen, donde residía con sus dos pequeñas hijas de ocho y cinco años.
Fue sometida por personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), como todos los familiares de las personas que murieron en el percance, a pruebas de ADN para comprobar que se trataba de su ser querido el que había perecido en el accidente.
“No me llevaron el cuerpo de mi hija a la hora que me dijeron, no me lo prepararon, no sellaron el cajón, la echaron en una bolsa como si fuera un animalito, yo ya no pude velarla porque me la trajeron pronto, a las siete de la mañana, a las 10 fue la misa y de ahí ya la fui a sepultar”, recordó la madre de la joven.
Lo más difícil de enfrentar para Teresa Rivas fue contarle a las hijas de Mayte que había perdido la vida en el accidente registrado el 6 de noviembre en el Estado de México.
Sus nietas están devastadas por la pérdida de su mamá, al igual que Teresa y toda la familia, tanto en México como en Colombia.
“Estamos en tratamiento sicológico porque la verdad no lo puedo creer. La niña más chica tiene como mucho coraje, pregunta por su mamá. Es muy doloroso, la extrañamos mucho”, sollozó.
Por ahora una abogada particular es la que se ha encargado de llevar a cabo todo el proceso legal para reclamar la indemnización con las aseguradoras, pero reconoció que ha sido muy tortuosa esa situación.