Toda la seriedad que Jaime Lozano irradió en la húmeda zona técnica del estadio Tokio quedó en simple anécdota cuando Uriel Antuna sacó aquel mágico zurdazo con el que superó el lance del arquero francés Paul Bernardoni (80').
No era para menos. La tensión que generó el penalti convertido por André-Pierre Gignac (69') fue sepultada cuando el velocista recogió aquel servicio de Alexis Vega para garantizar el primer triunfo de toda la delegación mexicana en los XXXII Juegos Olímpicos. Dulce presentación para el equipo del "Jimmy" (4-1), que ahora sueña con clasificar a la segunda ronda... Y hasta en el primer sitio del Grupo A.
Eso explicó la alegría colectiva tras el silbatazo final. La pandemia privó de público a la máxima justa deportiva del orbe, pero no del júbilo de sus protagonistas.Por eso, los desahogos del festejo tricolor retumbaron en el vacío estadio Tokio tras la oficialización de la valiosa victoria mexicana.
Triunfo trabajado desde el primer segundo, pero coronado con una altísima nota en el complemento, iniciado por aquella gran jugada en la que Diego Lainez desbordó por derecha y puso el balón a Vega, quien abrió el marcador con ese certero cabezazo (47').
Primer acto de una sinfonía que tuvo su segunda gran nota con la definición de Sebastián Córdova (55'), quien aprovechó el gran servicio de Carlos Rodríguez para dar rumbo al triunfo.
Pareció perderse con la imprudencia de César Montes al cometer el penalti convertido por Gignac, pero Antuna dio la calma con el zapatazo que hizo inalcanzable la ventaja. Esa que Eduardo Aguirre mutó en goleada con su circense definición (90').
Sólo es el primer paso, pero la segunda ronda olímpica ya no luce tan lejana, ni una medalla como utopía, porque este Tricolor le pasó por encima a un genuino peso completo.