Monterrey, NL.— La quinta donde Debanhi Escobar pasó de divertirse —como cualquier joven de su edad—, a protagonizar un caso que puso en la mira a las autoridades por la falta de eficacia en la protección de las mujeres en México, luce ahora como un lugar desierto y falto de vida.
La noche del 8 de abril, Debanhi acudió en compañía de Saraí “N” e Ivonne “N” (a quienes tenía poco tiempo de conocer) a una fiesta en una de las quintas del poblado de General Escobedo, a un costado de la carretera a Nuevo Laredo.
En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL fue posible constatar que los terrenos son amplios y se componen por una zona techada con elementos básicos para hacer una reunión, como baños y área para colocar bebidas, asador y otra zona de jardín, algunas tienen alberca.
Alrededor hay unas 24 casas habitadas, repartidas en las cuatro calles de las que consta la colonia donde están las quintas. Éstas se encuentran a espaldas de las empresas de autotransporte, que se ubican a pie de carretera, entre ellas, Alcosar.
Durante el día estas empresas están en plena actividad laboral, es posible ver a diversos hombres entrando y saliendo, algunos dando indicaciones a los camioneros que deben mover los enormes vehículos para evitar accidentes. Sin embargo, por la noche, esos lugares cierran por completo y sólo queda una luz en las casetas de entrada vacías.
Según las declaraciones de Saraí e Ivonne ante la Fiscalía General de Justicia del Estado, aquella noche las jóvenes acudieron a una quinta, que se encuentra en la Vía Numancia, donde se percataron que la fiesta había terminado. Observaron que en la Quinta Diamante, sobre la misma calle, el festejo continuaba, por lo que pidieron permiso para unirse.
La Quinta Diamante es una de las más grandes del lugar. Consta de un área techada, tiene asador, alberca, baño, cajones de estacionamiento, jardín y accesos vehicular y peatonal.
Este viernes 29 y sábado 30, días comunes para hacer fiestas, el lugar lució desolado, mientras en otras quintas como la de Venecia y La Bonita sí se realizaron reuniones de tipo familiar en las que incluso hubo juegos inflables para niños.
Vecinos contaron que en esta zona cada fin de semana hay fiesta en los distintos terrenos que se rentan para este tipo de eventos y que en ocasiones llegan a coincidir más de tres y ellos han tenido que ingeniárselas para tolerar el ruido que provocan.
Debido a que la mayoría de los habitantes llegó hace más de 50 años, ya se acostumbraron a este ritmo de vida, pero reconocieron que les molesta que algunas reuniones llegan a durar hasta el día siguiente.
Según las declaraciones de Juan David “N”, chofer del taxi que supuestamente debía regresar a Debanhi a su casa, la joven se bajó del auto en la carretera, a dos cuadras de la Quinta Diamante. A partir de ese punto comenzó a caminar, razón por la que el conductor le tomó la última foto que se convirtió en símbolo de su búsqueda.
La fiscalía estatal dio a conocer imágenes de las cámaras de seguridad donde se observa a Debanhi dirigirse al motel Nueva Castilla, lugar donde el 21 de abril fue hallado su cuerpo.
Durante el recorrido realizado, el motel también permaneció completamente apagado. A 800 metros del mismo se encuentra una oficina de la Fiscalía General de la República (FGR), donde los vecinos de las quintas afirman que el personal se dedica a probar armas.
A kilómetro y medio del motel también hay un destacamento de la Guardia Nacional y aunque en ambas instituciones hay vigilancia, a las cuatro de la mañana del 9 de abril, ninguna autoridad se percató de que había una joven sola y en posible riesgo.