En el penal de máxima seguridad de El Altiplano, el histórico capo Rafael Caro Quintero, alias El Narco de Narcos, enfrentará su proceso de extradición a Estados Unidos por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, aunque no hay ningún impedimento legal que evite su traslado a ese país.
De inmediato se le notificó anoche a la autoridad jurisdiccional el cumplimiento de la orden de detención provisional con fines de extradición, misma que fijará fecha y hora para la audiencia correspondiente en la que se resolverá su destino jurídico, que muy probablemente será la ciudad de Nueva York.
Dos días después de la reunión entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, en la Casa Blanca, Caro Quintero, quien fuera el fugitivo más buscado por la DEA y el FBI, fue recapturado en el municipio de Choix, Sinaloa, en un operativo conjunto entre la Marina y la Fiscalía General de la República (FGR), acción que se vio empañada por el desplome de un helicóptero Black Hawk, que dejó un saldo de 14 marinos fallecidos, quienes habían apoyado a sus compañeros en la captura del capo.
Ubicado desde hace tres meses en la sierra del Triángulo Dorado, donde se refugió, Caro Quintero huyó al cerro al notar la presencia de las aeronaves de la Marina, revelaron fuentes del gabinete de seguridad.
Al peinar la zona por tierra, un elemento canino de la Marina, de nombre Max, especializado en búsqueda y rastreo, lo ubicó entre matorrales de la comunidad serrana de San Simón, fronteriza con Chihuahua.
Caro Quintero duró nueve años en libertad, tras obtener en 2013 un amparo de un tribunal federal de Jalisco. Retomó el narcotráfico y creó el Cártel de Caborca, con el que disputaba al Cártel de Sinaloa el control territorial en Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Baja California.
La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), reconoce a Caro Quintero como el verdadero líder del Cártel de Sinaloa, tras la caída de Joaquín El Chapo Guzmán.
Caro Quintero, quien se inició en el negocio sembrando marihuana, fue detenido por primera vez en 1985 en Costa Rica y después de haber pasado 28 años encarcelado en un penal de Jalisco, salió en libertad en 2013.
La Secretaría de Marina informó que derivado de trabajos de campo y gabinete, realizados desde su liberación en 2013, Caro Quintero, por quien la DEA ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares, contaba con dos órdenes de aprehensión del fuero federal y una con fines de extradición a Estados Unidos, donde es requerido por los delitos de tortura y asesinato del agente Kiki Camarena, en 1985.
Luego de ser detenido, el capo fue trasladado en un avión de la Marina al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), donde peritos de la FGR le practicaron exámenes médicos, para después trasladarlo en un vehículo blindado al penal de máxima seguridad de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, en el que pasó su primera noche.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos expresó su “profundo agradecimiento” por la captura a México y anunció que buscará la extradición inmediata para que Caro Quintero sea juzgado por el sistema de justicia.
“No hay escondite para nadie que secuestre, torture y asesine a las fuerzas del orden estadounidenses”, afirmó el fiscal general de EU, Merrick B. Garland.
Expresó sus condolencias por las muertes de los 14 infantes de Marina en el helicóptero que se desplomó en las inmediaciones de Los Mochis, Sinaloa.
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, afirmó que la captura del narcotraficante es “una victoria” en el marco bicentenario entre ambos países. Confió en que habrá una colaboración todavía más estrecha para lograr una seguridad compartida.
La embajada y consulados de Estados Unidos emitieron una alerta de viaje a Sinaloa y Sonora ante posibles enfrentamientos con grupos criminales, tras la detención de Caro Quintero.
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