En México, la llamada guerra contra el narcotráfico que oficialmente inició Felipe Calderón en el 2006 y continúa hasta la fecha ha dejado miles de muertos.
En el conflicto ha habido nueve casos de autos bombas, uno de los actos más funestos y representativos del narcoterrorismo. Uno de los cuales ocurrió en Tamaulipas, en donde ayer el gobernador mencionó el término.
En el país es cada vez más común que los grupos criminales obstruyan carreteras y calles con vehículos en llamas para tapar el paso de las autoridades, utilicen a la población como escudo humano o dejen a los civiles en medio de la confrontación.