El Viernes de Dolores o Viernes de Pasión conmemora los sufrimientos de la Virgen, en la semana previa a la muerte y resurrección de Jesucristo. 

Este día, los fieles que aún mantienen esta tradición se acercan a la "Virgen de los Dolores"o "Dolorosa" y la acompañan en diferentes procesiones y misas.

En la capital poblana los feligreses acuden a la capilla de la Virgen de los Dolores, ubicada en el bulevar Héroes del 5 de Mayo y la avenida 14 Oriente a rendirle culto. Sin embargo, en el estado hay otro lugar donde se le venera e incluso se hace una feria patronal en su honor.

Este sitio es Acatzingo, una comunidad que venera con fe y devoción a la Virgen de los Dolores desde 1609.

De acuerdo con la página de Turismo de Acatzingo, cuenta la leyenda que un viajero pasó por Acatzingo y se alojó en el mesón de la señora Antonia Negreiros, que se ubicaba justo en la esquina de la plaza principal. Durante su estadía le dejó a guardar una caja, diciendo que pronto la recogería, pero como el dueño no regresaba, despertó su curiosidad y decidió abrirla. Al destapar la caja encontró dos lienzos enrollados, uno que era el de la “Virgen de los Dolores” y el otro del “Santo Ecce-Homo” o en su traducción Jesús de Nazaret. 

Dichosa de ser la propietaria de dichas piezas, las colgó en la sala de su casa, ahí permanecieron durante mucho tiempo, hasta que un 5 de septiembre sus trabajadoras del hogar le comentaron que la “Virgen de los Dolores” siempre estaba mojada del rostro.  Extrañada ante tal situación, procedió a secarla una, dos, tres veces.

Tan extraño fue el suceso, que Negreiros llevó la imagen al templo parroquial en medio de jubilosas aclamaciones. Pero ahí no acaba lo historia, ya que la piadosa mujer no soportó la frustración de no tenerla en su poder, por lo que decidió robarla.

Pero en su huida y al verse acorralada, arrojó la pintura en la fuente del Convento Franciscano de San Juan Evangelista, la cual había sido removida a la plaza principal. Lo sorprendente del relato es que las aguas de la fuente se abrieron para no mojar la imagen, dejando la obra intacta hasta nuestros días. Desde entonces este suceso fue considerado como un milagro.

Años más tarde, la Virgen de los Dolores fue coronada solemnemente el día 15 de septiembre de 1924 por el arzobispo de Puebla, Excelentísimo Señor Pedro Vera y Zuria, en nombre del Sumo Pontífice.

La fuente, que fue testigo del milagro, fue construida en 1591, a pocos años de la conquista de los españoles. Se encuentra en el atrio de la iglesia, en la parte superior tiene tallados cuatro ocelotes, una cosmovisión de los indígenas a petición del párroco de colocar un león.

La tradición de adorar a la Virgen de los Dolores en Acatzingo empezó con el párroco Froilán Flores y Peral, quien instituyó el tradicional beso, así como el duelo de bandas de viento, que se realiza cada 5 de septiembre.

Asimismo, año con año se lleva a cabo la tradicional “Noche Mágica” que es un recorrido de  la Virgen de los Dolores por las principales calles de Acatzingo, adornadas por tapetes multicolores y luces. Este evento se realiza durante la noche del 14 de septiembre hasta la madrugada del 15 de septiembre, durante el evento se le regalan atole y tamales a los visitantes.

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