¿Alguna vez has pensado que al adquirir una prenda de mezclilla, como un pantalón o chamarra, detrás estarías contribuyendo a la contaminación ambiental, principalmente de ríos en Puebla y Tlaxcala?
Es precisamente en las zonas industriales de San Martín Texmelucan, San Andrés Cholula y Huejotzingo, pertenecientes al estado de Puebla, y en Tlaxcala, Ixtacuixtla de Mariano Matamoros y Tepetitla de Lardizábal, correspondientes al estado vecino, donde se ubican las principales textileras.
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sobre la elaboración de prendas de mezclilla, señala que para esta producción se usan diversos químicos que permiten deslavar la tela.
Algunas sustancias utilizadas son:
- -cloro
- -permanganato de potasio
- -hidróxido de sodio
- -agua oxigenada
- -índigo
- -benceno
- -arsénico
- -cadmio
- -aluminio
- -entre otros 43 químicos
Las industrias pueden verter sus aguas, tanto en los alcantarillados municipales, como directamente en ríos y mares, siempre y cuando sean procesadas en plantas de tratamiento, tal como lo marca la Norma Oficial Mexicana (NOM) y las disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, pero no ocurre así.
Por lo cual, las sustancias antes señaladas provocan daños a la salud a las personas asentadas a las laderas de los ríos, ya que el 66 por ciento de las industrias arroja sus aguas directamente al afluente sin ningún tipo de tratamiento y el restante sólo lo hacen con tratamientos primarios o con sistemas deficientes, ello de acuerdo con el estudio “Contaminación del Río Atoyac”, elaborado por la Universidad Iberoamericana de Puebla.
En el documento se señala que los daños a la salud pueden presentarse desde irritaciones en la piel y ojos, enfermedades gastrointestinales, hasta tumores, leucemia y cáncer.
Ello sin contar que los propios obreros, en la mayoría de los casos, no cuentan con equipo de protección para su trabajo, lo que conlleva a que todo el tiempo estén respirando partículas de algodón y químicos abrasivos, afectado el sistema respiratorio y digestivo.
Estos químicos se van directamente a los drenajes municipales sin ningún tratamiento y después son vertidos a las corrientes principales del río Atoyac, que en algún momento desemboca en el océano Pacífico.
De la misma manera, se ha comprobado que las sustancias tóxicas que son arrojadas a los ríos, como el Atoyac, acaban con la biodiversidad por donde pasa el agua, acabando en su totalidad tanto con flora y fauna.
No solo eso, hay que agregar que para la elaboración de una prenda de mezclilla, como puede ser un pantalón de 1.2 kilos, se requieren cerca de 11 litros de agua, de tal manera que el desabasto del vital líquido también golpea a las comunidades aledañas a las zonas industriales.
Los principales puntos de generación de contaminantes están centrados en el manejo de materiales peligrosos, emisiones al aire, residuos sólidos, líquidos, consumo de energía y generación de grandes cantidades de aguas residuales altamente coloreadas y constituidas por compuestos difícilmente biodegradables.
El estudio de la Ibero agrega que la contaminación del río Atoyac afecta a más de 2 millones 300 mil pobladores de 22 municipios de Puebla, por donde corre el caudal.
Lo que más alarma a la población es la frecuencia con que las aguas del río se tiñen de colores por las noches y fines de semana, cuando no hay inspecciones de las autoridades a desagües y plantas de tratamiento.
Por lo anterior, el río Atoyac es considerado uno de los afluentes más contaminados del país, y se calcula que diariamente se lanzan 146 toneladas de materia orgánica, 62.8 toneladas de sólidos suspendidos y 14 kilogramos de metales pesados a sus 400 kilómetros de longitud aproximadamente.
El río Atoyac nace en las partes altas de la Sierra Nevada, a partir de donde inicia su descenso siguiendo una dirección aproximada de noroeste a sureste, recogiendo en su trayectoria diversos afluentes hasta unirse con el Zahuapan, en el límite entre los municipios de Papalotla de Xicohténcatl, Tlaxcala y Cuautlancingo, Puebla.
Cabe recordar que el pasado viernes 4 de noviembre, la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, a través de la Dirección General de Inspección y Vigilancia, clausuró dos empresas textiles establecidas en la junta auxiliar Rafael Ávila Camacho (San Pedro Cholula) y una lavandería de mezclilla ubicada en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas (Puebla), por verter descargas contaminantes al río Rabanillo.
Durante el operativo realizado, personal de la dependencia corroboró la situación anómala, procedió a la clausura de los establecimientos y colocó los sellos correspondientes.
Un mes antes, el 2 de octubre, en el municipio de Tehuacán, la dependencia estatal clausuró dos lavanderías de mezclilla por no contar con permisos que emite esa dependencia.
A decir de la dependencia, suman un total de 18 los establecimientos clausurados como medidas de seguridad para frenar los procesos contaminantes. Además, fueron abiertos 33 expedientes administrativos que corresponden a los municipios de Huejotzingo, Cuautlancingo, San Andrés y San Pedro Cholula, San Martín Texmelucan, Juan C. Bonilla y San Salvador El Verde.