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Tesoros vivientes: Poblanos que superaron los 100 años de vida

Gertrudis Guerrero García y Francisco Juárez Iglesias llegaron a los 111 años de edad

Hay registro de dos poblanos que llegaron a la edad de 111 años | Redes Sociales / Ayuntamiento Teziutlán
20/08/2024 |17:16
Alejandro Villegas
RedactorVer perfil

Los adultos mayores en Puebla representan un segmento social en pleno crecimiento, presente a lo largo y ancho del territorio estatal. Incluso hay registros de poblanos que han superado el siglo de vida, marcando no solo un récord, sino también dejando una historia particular en sus respectivas comunidades.

Gertrudis Guerrero García

Un caso destacado es el de Gertrudis Guerrero García, quien falleció el 31 de marzo de 2023 a la edad de 111 años. Conocida en el municipio de Chiautla de Tapia como la “Maestra Tulita,” fue considerada una de las personas más longevas de México y América Latina. Murió a un mes de cumplir 112 años.

Nació el 27 de abril de 1911 en Chiautla de Tapia, donde trabajó como profesora en la escuela primaria “Leona Vicario” por más de 85 años, convirtiéndose en una de las pioneras de la enseñanza. A pesar de haberse jubilado a los 100 años, continuó siendo una figura significativa en la comunidad educativa.

Tras su fallecimiento, el Ayuntamiento de Chiautla de Tapia le rindió un homenaje en su escuela. Además, fue reconocida por el Gerontology Research Group (GRG) y tiene una entrada en la plataforma, un directorio que recopila a las personas más longevas del mundo.

Francisco Juárez Iglesias

Otro ejemplo notable es Francisco Juárez Iglesias, quien falleció a la edad de 111 años y 170 días. Nació el 8 de mayo de 1911 en Teziutlán, Puebla, y falleció el 25 de octubre de 2022.

Inició sus estudios en una escuela local de Teziutlán, asistiendo hasta el quinto grado de primaria, y luego continuó su educación en la Ciudad de México. Al graduarse, regresó a Teziutlán, donde trabajó en una tienda de abarrotes, y más tarde en oficinas federales de finanzas. Posteriormente, trabajó en una fábrica de calcetines en la ciudad de Puebla.



Inició un negocio familiar, una pequeña dulcería llamada “Dulcelandia” dentro de su casa, que mantuvo durante 70 años. Trabajó en ella junto a sus siete hijos y su esposa, María Luisa Valdés, con quien se casó en 1950. El 30 de enero de 2020, el Ayuntamiento de Teziutlán lo reconoció por su trayectoria, otorgándole el título de “Ciudadano Distinguido”.