Los municipios de Santo Tomás Hueyotlipan y San Pedro Cholula son una bomba de tiempo.

Ambas demarcaciones cuentan con polvorines o talleres de pirotecnia en dos de sus juntas auxiliares.

En el caso del municipio de San Pedro Cholula, el 70 por ciento de los habitantes de la junta auxiliar San Cristóbal Tepontla se dedica a la elaboración de fuegos artificiales.

Mientras que en el de Santo Tomás Hueyotlipan, el 80 por ciento de las personas de la junta auxiliar San Miguel Zacaola realiza esta actividad.

Aunque, de acuerdo con el último reporte de las autoridades federales, el 65 por ciento de los polvorines ubicados en San Cristóbal Tepontla cuenta con permisos para operar y en Santo Tomás Hueyotlipan únicamente el 50, corren el riesgo de explotar.

Lo anterior ante cualquier error humano o una falla en las medidas de seguridad, en el caso de los talleres que no cuentan con la certificación correspondiente.

En los últimos poco más de dos años, al menos 20 personas han perdido la vida a consecuencia de explosiones de polvorines en la entidad.

Los casos más devastadores fueron los que ocurrieron el 6 de de diciembre del 2019 sobre el camino a Santa Cruz Alpuyeca, en el municipio de Amozoc, donde cinco personas perdieron la vida.

Así como el del jueves 19 de mayo en el municipio de Tulcingo del Valle, donde hubo cuatro víctimas mortales, como lo documentó.

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