Bernardino Saavedra es uno de los poblanos que no tiene acceso a los servicios públicos de salud porque carece de un empleo formal y sobrevive de la venta de flores y trabajos eventuales de albañilería y plomería.
Bernardino Saavedra. FOTO: El Universal Puebla
Acude a un consultorio particular, pero considera que el servicio es deficiente porque a veces le recetan “cualquier cosa”, no tienen los medicamentos que necesita y le resulta costoso. En una visita suele gastar entre 150 y 200 pesos.
El más reciente conteo de población que realizó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), reveló que el 70.6 por ciento de los poblanos tiene acceso a los servicios de salud, pero hay 1 millón 921 mil 945 personas que no están afiliadas a ninguna institución que les brinde atención médica.
Esto quiere decir que tres de cada diez poblanos están fuera de los servicios médicos, lo que coloca al estado en los últimos lugares de México en el porcentaje de cobertura de la seguridad social.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, Puebla ocupa el lugar 26 de toda la República y está por debajo de la media nacional por apenas alcanzar un porcentaje del 73.5 por ciento.
Sólo supera a Oaxaca, Jalisco, Hidalgo, Tabasco, Chiapas, Estado de México y Michoacán.
Del total de personas sin afiliación a una institución de seguridad social, el mayor número corresponde a hombres (980 mil 377).
La ciudad de Puebla es donde viven la mayor parte de personas que carecen de seguridad social (490 mil 520 personas), seguida por Tehuacán, San Martín Texmelucan, San Andrés Cholula, Atlixco y San Pedro Cholula.
De los 4 millones 650 mil 982 afiliados a los servicios médicos, la mayoría pertenece al Instituto de Salud para el Bienestar (2 millones 721 mil 81) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (1 millón 445 mil 433).
Don Bernardino, de 64 años de edad, espera que pronto su hija obtenga un empleo con todas las prestaciones de ley para que pueda afiliarlo al seguro social, porque le preocupa que en medio de la pandemia pueda enfermar él o su esposa.
Por lo pronto, asegura que hace todo lo que está en sus manos para mantenerse saludable.
“No hay día que deje de hacer las cosas, eso me ha conservado”, comenta.
Se mantiene activo trabajando en un vivero de la colonia Guadalupe Hidalgo y recorriendo las calles del sur de la ciudad buscando clientes.
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