A sus 75 años, Miguel Martínez cuenta los días para poder regresar a trabajar como "cerillito" en un supermercado para estar activo, reencontrarse con sus compañeros y llevarse un dinerito a la bolsa.

Luego que la secretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral anunció el regreso de adultos mayores a su trabajo como empacadores en las grandes tiendas de autoservicio, don Miguel espera retomar esta labor que desempeñó hasta antes de la pandemia.

La funcionaria estatal precisó que las autorizaciones dependerán de las empresas, siempre y cuando los interesados cumplan con el esquema de vacunación contra el Covid-19, tal como lo apuntó el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), el 8 de abril.

En entrevista con don Miguel contó que ya tiene las dos dosis de Pfizer y solo aguarda la llamada del Sistema Municipal DIF que le confirmará que ya pueda retomar su trabajo.

Manifestó que se siente emocionado, como un niño en su primer día de clases, porque volver a trabajar como cerillito significa recuperar a sus amigos de trabajo, saberse útil para la sociedad y recibir un ingreso promedio de 150 a 170 pesos diarios.

Miguel Martínez, de figura delgada y estatura mediana, vive en la casa de su hijo, con su nuera y una nieta. Se dijo agradecido porque no contrajo el coronavirus como muchos de sus conocidos, pero para él el confinamiento fue casi igual a estar enfermo.

“Mi familia tenía sus actividades y mi nieta se quedaba en casa, pero se encerraba en su recámara a platicarle a la computadora. Mi hijo y mi nuera regresaban hasta la noche de trabajar. No me dejaban salir, ni recibir visitas para que no me enfermara, pero yo pensé, si no me muero de Covid, me moriré de soledad”, mencionó.

 

Lo que más extraña de su día a día en el supermercado es platicar con sus compañeros y con los clientes habituales en esa tienda, pero sabe que salir de su vivienda en la colonia Benito Juárez antes de la vacunación, era ponerse en riesgo, ya que forma parte de la población vulnerable, al padecer hipertensión desde hace 10 años.

Aunque solo son cuatro horas de trabajo en un supermercado localizado sobre la Avenida 11 Sur y 31 Poniente de esta ciudad, para él es una ilusión regresar como empacador, pues se considera afortunado en comparación con otros adultos mayores que no tenían otro ingreso.

En ese sentido, refirió que durante el año pasado el SMDIF también les ayudó con la entrega de despensas para su alimentación, más 2 mil 550 pesos bimestrales de parte del gobierno federal.

“Ahora solo tengo que esperar a que me llamen, tener listas mis camisas blancas, pantalón y zapatos negros. Debo agregar cubrebocas, careta y guantes para poder manipular la mercancía y guardarla en las bolsas del súper ”, enumeró.

 

De acuerdo con cifras del Sistema Municipal DIF, en la ciudad de Puebla hay un registro promedio de mil 50 adultos mayores registrados como empacadores en tiendas comerciales.

De dicha cifra, solo 50 por ciento cuenta con otro tipo de ingreso como pensión y servicios de salud por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

En el estado de Puebla, las personas mayores de 60 años de edad representan 9 por ciento de la población, de las cuales la mayoría son mujeres.

Además, 67.6 por ciento de los adultos mayores habitan en zonas urbanas y 32.2 por ciento en zonas rurales. Y la esperanza de vida es de 71 años para hombres y de 77 años para mujeres.

En abril, el INAPAM indicó que el retorno de los adultos mayores como empacadores debe ser voluntario y los establecimientos tienen que garantizar todas las medidas de sanidad como el uso de gel antibacterial, lavado adecuado de manos, toma de temperatura y flexibilidad en los permisos de ausencia por enfermedad.

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