La sospecha de que el deceso del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, pudo derivar de negligencia médica comenzó a ser abordada por diversos medios informativos.
De comprobarse el caso, el primer involucrado podría ser el actual secretario de Salud, José Antonio Martínez García, a quien en reiteradas ocasiones el mandatario poblano se refirió como su médico de cabecera.
Escenario que se complica aún más si se toma en cuenta que horas antes del deceso de Barbosa Huerta se difundió un comunicado oficial que indicaba que se encontraba “estable y sin complicaciones”.
Así como que era valorado por personal calificado.
Cabe mencionar que el mensaje emitido decía lo siguiente: “el titular del Ejecutivo se encuentra en este momento valorado por personal calificado que le está dando seguimiento y cuidado médico, por lo que su estatus es estable y sin complicaciones”.
El gobernador Barbosa Huerta fue hospitalizado por complicaciones de salud.
Los responsables de su valoración médica decidieron trasladarlo al Hospital de Traumatología y Ortopedia de Puebla, ahí de acuerdo con la información que ha trascendido, se le realizó un procedimiento para instalar una sonda.
Y una presunta mala práctica médica provocó que un pulmón del gobernador Barbosa Huerta fuera perforado, según informó el portal Latinus Diario.
Dada la gravedad de la situación, el gobernador Miguel Barbosa Huerta fue llevado, vía aérea, a la Ciudad de México.
A bordo del helicóptero en el que fue trasladado, el mandatario estatal recibió maniobras para mantenerlo con vida.
Sin embargo, al arribar a la Ciudad de México, fue declarado muerto.
Contrastes en la causa de muerte del gobernador de Puebla
La realidad es que las circunstancias que rodearon el fallecimiento del gobernador Miguel Barbosa Huerta y los hechos trascendidos contrastan con la narrativa oficial.
Al momento no se ha explicado en realidad la forma en la que el mandatario estatal fue valorado, ni quienes fueron los profesionales de la salud que lo atendieron y mucho menos si estuvo o no hospitalizado en la ciudad de Puebla, y por qué se le trasladó a la Ciudad de México.
Ni siquiera en qué momento se sintió mal. Aunque el domingo fue el mismo Barbosa Huerta quien públicamente señaló que le dolía el brazo.
Tampoco se informó con claridad la hora y lugar de la muerte.
Tratándose de una figura pública y en este caso del gobernador de Puebla, parece que el propósito de evitar las especulaciones debe empezar por transparentar toda la información del caso.