La Semana Santa es un período sagrado para los cristianos, pues se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
En distintas partes del mundo, la Iglesia católica acostumbra recordar estos hechos con ciertas tradiciones y rituales especiales.
Sin embargo, gracias a la diversidad étnica y cultural de México, existen tradiciones que destacan por su singularidad y por ser percibidas como extremas.
Tal es el caso de Puebla, donde la Semana Santa se vive de una forma especial, mezclando la fe y la devoción con la tradición y las costumbres.
Aquí te presentamos algunas de las tradiciones más importantes de Semana Santa que solo se hacen en Puebla.
Los Engrillados de Atlixco
Los Engrillados de Atlixco es una antigua tradición en la que más de 50 hombres, descalzos y con la cabeza cubierta, arrastran cadenas y llevan espinas clavadas en el cuerpo por las calles de este Pueblo Mágico.
Esta procesión se lleva a cabo el Viernes Santo y es una práctica que busca purificar los pecados o expresar gratitud a Dios a través del sacrificio y el dolor.
Este ritual se le conoce como la Peregrinación del Silencio y se ha realizado por hombres mayores de edad desde hace más de 100 años.
Los grilletes que se les colocan tanto en las manos como en los pies, tienen un peso aproximado de 70 kilos. Mientras que las espinas son cultivadas en la mixteca, por lo que son sumamente puntiagudas resistentes y muy dolorosas.
La Gloria de los Judíos
En el municipio Soltepec, Puebla, cada Sábado Santo se lleva a cabo la tradicional “Flagelación de los judíos” o “Gloria de los judíos”.
Esta práctica consiste en golpearse entre parejas con lías remojadas en pulque. Estás lías se elaboran de ixtle de maguey, el cual se obtiene de las hojas centrales del agave.
De acuerdo con la página de Facebook del gobierno municipal de Soltepec, esta tradición milenaria tiene aproximadamente más de 200 años de antigüedad y tiene su origen cuando los monjes franciscanos establecidos en haciendas de la región se flagelaban.
Al verlos, los habitantes de aquella época quisieron también flagelarse para expirar sus culpas, por lo que los monjes accedieron con ciertas reglas que hasta la fecha siguen vigentes.
Todos los hombres de la localidad participan, desde los más grandes hasta los más jóvenes y una vez congregados todos en la plaza pública, comienzan a azotarse, sin importar las heridas que esto les ocasione.
Algunos visten capas rojas, y un sombrero, adornado con colores, simulando a los romanos, mientras que otros solo se quitan la playera y se someten a los golpes.
La Vía Crucis de Pueblo Nuevo
En Semana Santa, año con año se realiza una procesión llamada Vía Crucis, que de acuerdo con la página web www.es.catholic.net. significa "camino de la Cruz", es decir, el que recorrió Cristo durante su Pasión, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario.
En la Junta Auxiliar de la Romero Vargas desde hace más de 50 años se representa la Pasión de Cristo, una de las más concurridas de la capital poblana.
Con más de 500 actores, la representación de Pueblo Nuevo, comúnmente inicia la noche del Jueves Santo, con la dramatización de la última cena, y continúa con escenas que rememoran los eventos más significativos de la Pasión de Cristo.
Esta emotiva representación atrae a numerosos fieles y espectadores que buscan vivir de cerca la experiencia espiritual de la Semana Santa.
La Quema de Judas
Esta tradición arraigada en la ciudad de Puebla se lleva a cabo en el tradicional Barrio del Artista durante el Sábado de Gloria.
Por más de 50 años, los habitantes de este barrio han elaborado muñecos de carrizo y papel china envueltos en cuetes.
Estas figuras, a las que se les colocan nombres de diversas personalidades artísticas o políticas, son incendiadas para que ardan hasta convertirse en cenizas.
Según historiadores, la práctica de la Quema de Judas tiene sus raíces en "Las Fallas de Valencia", una costumbre de origen turco que se difundió en la Península Ibérica y posteriormente llegó a México tras la conquista.
Este ritual, que simboliza la quema del traidor Judas Iscariote, se ha convertido en una expresión popular en Puebla, donde los participantes encienden el muñeco con gran entusiasmo y espectáculo, marcando así el final de la Semana Santa con una celebración llena de color y tradición.