A 12 años de distancia del trágico 19 de diciembre de 2010, los habitantes de San Martín Texmelucan en particular y los poblanos en general rememoran la desgracia.
Ese día, alrededor de las 5:30 horas, se registró una serie de explosiones acompañadas de un incendio, esto derivado del combustible derramado de una perforación ilícita en un ducto de 30 pulgadas de Petróleos Mexicanos (Pemex).
La zona cero fue la colonia El Arenal de San Martín Texmelucan, a donde acudieron más de 100 bomberos e integrantes de los cuerpos de emergencia.
El incendio fue controlado y se brindó atención a los heridos, en medio de la zozobra de una comunidad que no daba crédito a lo sucedido.
El saldo fue de 30 muertos, entre ellos 13 menores de edad, y 53 heridos, así como más de 100 viviendas afectadas.
Como medida de prevención, alrededor de 200 personas fueron desalojadas y enviadas a un albergue.
Además, hubo daños a la infraestructura urbana a lo largo de kilómetro y medio de las márgenes del río Atoyac.
Ante la magnitud de la tragedia, autoridades estatales y del gobierno federal acudieron a la zona.
La tarde del 19 de diciembre de 2010, arribaron al lugar del desastre, entre otros, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa y el gobernador de Puebla, Mario Marín, además del ya mandatario electo Rafael Moreno Valle. El presidente municipal de San Martín Texmelucan, Noé Peñaloza Hernández, fue ampliamente rebasado por las circunstancias.
Las primeras diligencias establecieron la causa de la tragedia. La explosión se produjo por la extracción ilegal de combustible de un ducto de Petróleos Mexicanos, por lo que se presentó la denuncia correspondiente.
Los habitantes de San Martín Texmelucan vivieron así una de las peores desgracias de su historia, velaron, sepultaron a sus muertos y transitaron por un doloroso duelo, acompañado del temor de que el desastre se repita.
Como recuerdo de la catástrofe se colocó una placa alusiva en la esquina que forman la calle 11 de Noviembre y Bulevar Xicoténcatl.
Y año con año, rememoran la fecha y oran por el descanso de las víctimas.
En tanto que los residentes de las comunidades de San Baltazar Temaxcalac, San Lucas Atoyatenco, Santa María Moyotzingo y San Cristóbal Tepatlaxco, por donde pasan los ductos de Pemex, desde aquel trágico día, están permanentemente a la expectativa.