La Procesión del Viernes Santo representa un singular atractivo para los vacacionistas que acuden durante Semana Santa a la ciudad de Puebla, pero en particular para los poblanos.
Entre otros aspectos, por algunos de sus elementos que le otorgan un significado especial.
En primer lugar, por la participación de siete imágenes religiosas:
- La Virgen de la Soledad
- La Virgen de los Dolores
- El Señor de las Maravillas
- Jesús de Nazaret
- El Señor de las Tres Caídas
- Jesús de la Misericordia
- Niño Doctor
Además resalta el hecho de que tenga como punto de partida la Catedral de Puebla.
Así como que el arzobispo en turno sea quien la encabece.
Además de la participación, como acompañantes de autoridades locales, tanto en el ámbito municipal como estatal.
Otro punto a destacar es su recorrido, que pasa por las principales calles del Centro Histórico de Puebla.
Pero fundamentalmente el hecho de que en el año 1992 se recobró la tradición de realizar la Procesión del Viernes Santo.
De acuerdo con registros históricos, la Procesión de Viernes Santo en Puebla, tiene su origen en una antigua tradición que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del siglo XIX.
Independientemente de que es una de las más concurridas a nivel nacional, como lo demuestra el hecho de que en su XXXI edición, se espere contar con la asistencia de más de 100 mil visitantes en la ciudad de Puebla.
La interrupción
La Procesión de Viernes Santo se interrumpió en el año 1861 como consecuencia de las Leyes de Reforma.
En el año 1992 un grupo de devotos promovió el reinicio de una procesión piadosa, limitándose al Viernes Santo, involucrando a varios templos y parroquias, con la anuencia y apoyo del arzobispado.
El recorrido tradicional
Las imágenes, y grupos procesionantes se reúnen alrededor en el atrio de la Catedral, y después de una breve reflexión, inician su recorrido por las principales calles del Centro Histórico.
Posteriormente, realizan un alto y una segunda reflexión en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, para luego continuar con su recorrido.
La procesión culmina en el atrio de la Catedral de Puebla con la impartición de la bendición que permite ganar la Indulgencia Plenaria a los participantes en ella.
Para ser más claros, el recorrido tradicional parte de la Catedral, toma la calle 16 de Septiembre hasta el zócalo para dar vuelta al oriente por la avenida Juan de Palafox y Mendoza, da vuelta hacia la avenida 2 Norte hasta la 4 Oriente, para tomar en sentido contrario, hasta la 11 Norte y llegar al Gallito, en la 11 Sur y Reforma.
Después de un mensaje del arzobispo, continúa por la calle Reforma hasta el zócalo y por la 16 de septiembre al atrio de la Catedral, donde se da la bendición y concesión de indulgencia plenaria.