Con las celebraciones del mes patrio lo que más se antoja es comer los platillos estrella de la cocina mexicana, fritos, con harta salsa y aderezados con queso y crema.
Los moles y otros platillos acompañados con carne también son los más socorridos para festejar antes, durante y después del 16 de septiembre, Día de la Independencia de México.
Por todos es conocido que la gastronomía de Puebla es muy amplia, por lo que te presentamos tres sitios donde sirven los mejores antojitos de la ciudad, y desde luego mexicanos, respaldados por más de cuatro décadas de servicio.
Son lugares tradicionales donde los poblanos acuden a desayunar, comer o cenar. También llevan a quienes los visitan para que tengan un agradable sabor de boca, y lo mejor de todo es que los precios son accesibles sin demeritar en la calidad.
En realidad, este restaurante se llama El Balcón, pero la mayoría de los poblanos que lo conocieron desde que se inició lo nombran en diminutivo, pues su local era pequeño donde apenas cabían tres mesas.
Actualmente se encuentra en la esquina de la calle 7 Sur número 1301 del Centro Histórico, donde sus propietarios atienden con buen trato a los comensales.
Ahí puedes degustar del menú compuesto por una carta para la mañana y otra para la tarde, aunque algunos platillos se repiten como el mole de panza, mole de zancarrón, chalupas, tlacoyos, tacos de costilla, alambre, queso fundido, tostada de pata y de pollo y huevos rancheros, entre otras delicias.
Los precios van desde 28 pesos hasta el más caro que es el alambre por un costo de 97 pesos, más la bebida que consumas, de la cual se recomienda mucho el café que ahí preparan.
Si eres de los que gustan terminar con algo dulce, sólo encontrarás flan napolitano y cremita poblana, que es una especie de natilla española.
Por temporada, en El Balconcito te pueden servir el tradicional chile en nogada, muy bien relleno de frutas y carne, bañado con la salsa de nuez de castilla y decorado con perejil y dientes de granada.
Afuera del lugar siempre encontrarás una banca, porque aún sin ser un restaurante lujoso se forman largas filas para esperar entrar a degustar los antojitos.
También afuera está una pequeña camioneta que vende pan de La Almendra, para que puedas llevar a casa o comer en el lugar.
A un costado del Parque de las Letras, en Avenida Juan de Palafox y Mendoza número 2008, muy cerca del Parque Ecológico te encontrarás este lugar, muy escondido, pero muy socorrido.
Una vez que encuentres estacionamiento, que ahí mismo te indican los franeleros, disfruta de las delicias que venden los propietarios de este establecimiento atendido ya por la tercera generación.
Si llevas antojo de pozole de cerdo o pollo, ahí lo encontrarás. Lo mismo si tienes ganas de una tostada de pollo, que es del tamaño de un plato extendido, ahí probarás solo una, a menos que sean de muy buen diente.
La orden de flautas siempre va rebosante de crema, lechuga, queso y salsa; lo mismo para las chanclas, mole de res, mole de panza, molotes, pelonas y chalupas.
La comida tiene el sazón casero que conquista a cualquiera y con el tamaño de las porciones quedarás satisfecho y es probable que no termines y te lo lleves a tu casa.
Los comensales recomiendan tener paciencia, pues debido a la demanda, a veces el personal tarda un poco en servir, pero una vez que los platillos llegan a tu mesa, sabrás que habrá valido la pena.
Al entrar al negocio está la señora que se dedica a hacer tortillas, molotes, gorditas y freír las tortillas, mientras que al fondo del local está la cocina de la cual salen todos los platillos calientitos. Te sorprenderá ver la cantidad de ingredientes que sirven y sirven y sirven.
Como postre tienen gelatinas, flanes, cremitas, jericayas, rebanadas de pastel y donas.
En Camino Real a Cholula número 30 y calle Corregidora, de la colonia Santa Cruz Buenavista, te encontrarás con esta cenaduría que te permite degustar de los antojitos mexicanos de tres ciudades.
Es un negocio familiar que hace algunos años abrieron el esposo originario de Jalisco, junto con su esposa proveniente de Mérida y ambos decidieron instalarse en Puebla.
Con esa historia ya te podrás imaginar la delicia de platillos que ahí preparan y a muy buen precio.
De Puebla puedes pedir las chalupas, tostadas y chanclas; de Jalisco puedes probar pozole rojo, cecina en milpero y la torta ahogada y de Mérida, los salbutes, empanadas y vaporcitos.
Los precios son muy accesibles, desde 25 pesos y todo es casero y delicioso.
Así que ya tienes algunas sugerencias para celebrar el mes patrio con un poco de la basta comida mexicana.
¿Tienes algún otro lugar que recomendar?