La evacuación de las localidades cercanas al volcán Popocatépetl, es una acción programada, pero el recuerdo de la que se realizó en el pasado no es grato.
Representa para muchos episodios de angustia e incertidumbre, en tanto para otros se traduce en la remembranza de actos de vandalismo y rapiña.
Un episodio duro que llevó a la autoridad a sacar de sus lugares habituales de residencia a la población en situación de riesgo, pero que en ningún caso fue una experiencia agradable, por más que haya representado el invaluable hecho de conservar la vida.
A casi 29 años de distancia, muchos de los que ahora son adultos tienen recuerdos de lo sucedido en los lugares aledaños a Don Goyo, algunos pudieron plasmar sus testimonios en invaluables trabajos periodísticos y documentales.
Uno de ellos, elaborado por Clío-Tv, para Televisa, “Popocatépetl. El volcán que escucha”, es particularmente interesante. El cual se puede ver en YouTube.
El documental da cuenta de la forma en que el Popocatépetl reinició su actividad el 21 de diciembre de 1994 y con ello impactó la cotidianidad de 411 mil habitantes de más de 400 comunidades asentadas en las proximidades de Don Goyo.
Habla de los escenarios de riesgo que preveían los científicos.
Aurelio Fernández, director del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder), de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) estimó que si se repitiera la erupción con la misma intensidad de hace mil 100 años, se afectaría sin evacuación del lado de Puebla a entre 20 mil y 25 mil personas en el área del impacto.
Incluso presenta testimonios de un tiempero y habitantes de Santiago Xalitzintla.
Además, imágenes de la evacuación de miles de personas que dejaron atrás su casa, sus animales y patrimonio.
En el video se aprecia a hombres y mujeres caminando, mientras cargan costales, bultos y algunas pertenencias.
Dejaron sus comunidades a bordo de camionetas y camiones de pasajeros o carga, con el apoyo de personal de la Cruz Roja Mexicana y militares, entre otros.
Con la angustia e incertidumbre reflejada en el rostro, los pobladores fueron trasladados a los albergues.
Hombres y mujeres narran cómo se percibía el movimiento del volcán, en la tierra y el viento, así como la relación estrecha que los habitantes de las comunidades cercanas tienen con Don Goyo.
El recuerdo de las sirenas de patrullas y el perifoneo llamando a evacuar, es vivo, entre quienes estuvieron allí.
Los testimonios sobre la operación de los albergues son negativos, carencia de agua, falta de colchonetas y alimentación precaria. Las galletas todas se las quedaron los soldados, "poco a poco nos las repartieron", señaló una mujer.
Un elemento que predomina es la percepción de que el miedo fue lo que los llevó a evacuar, aunque lo hicieron de manera voluntaria.
Además, se asegura que tras el desalojo hubo saqueos.
El documental abarca hasta el año 2000 y narra la forma en que se propuso a la población ser evacuados hacia el área de Izúcar de Matamoros.
Un documental que al igual que lo hicieron en su momento muchos medios de comunicación y se sigue haciendo hasta el momento, da cuenta de la actividad del volcán Popocatépetl y los riesgos que enfrenta la población.
Y de la manera en que los habitantes de las localidades aledañas conviven con él, al tiempo que realizan sus actividades cotidianas.
Con la presencia obligada de los tiemperos y la realización de celebraciones y rituales a Don Goyo, entre ellas su cumpleaños.
De cualquier forma, es claro que de producirse de nueva cuenta una evacuación, por más preparada que se tenga y todas las previsiones que se tomen, estará lejos de ser una experiencia grata.
Por el contrario, representará, como en el caso de la anterior, un paso hacia la incertidumbre y el surgimiento de sentimientos que difícilmente se pueden traducir en palabras.