La influenza estacional es una enfermedad periódica que se puede prevenir mediante la aplicación de la vacuna, la cual es ofrecida de manera gratuita por el sector salud a la población en general. Sin embargo, hay algunos sectores de la sociedad en los que se debe enfocar la aplicación del biológico.
- Niñas y niños de 6 meses a 59 meses de edad: primero dos dosis con un intervalo mínimo de cuatro semanas entre cada una. Posteriormente, se les aplica una vez al año.
- Niñas, niños y adolescentes de 5 a 18 años con factores de riesgo. Las niñas y niños de 5 a 8 años que no han recibido dos dosis de la vacuna reciben dos dosis con un intervalo de un mes entre cada una, y posteriormente una vez al año. Las niñas y niños mayores de 9 años hasta los 18 años de edad reciben una dosis anualmente, hayan o no recibido antes la vacuna.
- Personas de 60 años o más, una dosis cada año.
- Personas de 19 a 59 años con factores de riesgo, se les aplica una dosis cada año.
Además, hay que considerar diversos factores de riesgo para la aplicación de la vacuna contra la influenza. Entre ellos, principalmente, para quienes tienen entre 19 y 59 años de edad:
- Asma y otras enfermedades pulmonares crónicas.
- Cardiopatías (enfermedades del corazón, no incluye hipertensión arterial sistémica).
- Inmunodeficiencias (sistema de defensas del cuerpo dañado o disminuido) como infección por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) o cáncer.
- Hemoglobinopatías (enfermedades de la sangre como la anemia de células falciformes).
- Asplenia (ausencia de bazo) anatómica o funcional.
- Problemas renales crónicos.
- Diabetes mellitus.
- Obesidad.
- Artritis.
- Estar embarazada.
- Ser trabajador o trabajadora de la salud.
- Ser cuidador o cuidadora de menores de 5 años (personal de guarderías).