Chipilo es una comunidad de Puebla, conocida como la pequeña Italia en México. Se encuentra a tan solo 12 kilómetros de la capital poblana.
De acuerdo con la página de la comunidad de Chipilo, fue fundada el 2 de octubre de 1882 por inmigrantes italianos provenientes de la región septentrional de Véneto, aunque también hubo algunos piamonteses y lombardos.
Los recién llegados se dedicaron a la agricultura y a la ganadería, pero sobre todo, se especializaron en la producción de lácteos, una tradición que conservan hasta ahora.
Tras cinco generaciones, en esta comunidad de apenas cinco mil habitantes, aún conservan su idioma, costumbres y tradiciones originales.
Una de estas costumbres es la quema de “La Befana”, lo que sucede en la víspera del 6 de enero.
Ese día, los pobladores queman la figura de una anciana hecha de cartón, periódico y telas viejas, para representar así al año viejo y darle la bienvenida a uno nuevo.
¿Quién es Befana?
De acuerdo con el folclore italiano, la Befana es una anciana que visita a los niños la madrugada del 6 de enero para llenar de regalos los calcetines de los pequeños y conmemorar la visita de los Reyes Magos al niño Dios.
Si los niños se han portado bien la Befana les dejará caramelos, de lo contrario, les dará carbón.
Asimismo, la tradición italiana dice que los niños deben dejar una naranja o mandarina y un vaso de vino para que la Befana recupere las fuerzas.
¿Qué significa Befana?
Su nombre deriva del griego Epifaneia, que con el tiempo se ha transformado en Epifanía, que quiere decir, aparición. Con el paso del tiempo, la palabra griega epifanía se fue modificando hasta llegar a befana.
La leyenda de la Befana y los Reyes Magos
Cuenta la leyenda italiana, que hace miles de años, los Reyes Magos salieron de Oriente guiados por una estrella para llegar hasta el Niño Jesús y ofrecerle oro, incienso y mirra.
Se dice que mientras llegaban a Belén, los Reyes Magos perdieron de vista la estrella y, desesperados, comenzaron a preguntar a todas las personas que se encontraban por el camino.
Los Reyes Magos continuaron preguntando a diferentes campesinos del lugar, pero ninguno supo contestar. Y justo cuando ya estaban a punto de perder las esperanzas, se encontraron con una anciana de cabellos blancos y ropa muy oscura: la Befana.
Los niños del sitio le tenía miedo e incluso le llamaban “bruja Befana” porque siempre estaba sola y andaba con ayuda de una vieja escoba por caminos muy largos y misteriosos.
La anciana Befana les pudo decir a los tres Reyes Magos qué camino seguir hacia Belén y agradecidos por su ayuda, la invitaron a viajar con ellos, pero ella se rehusó.
Más tarde, Befana se arrepintió de haber dejado pasar la oportunidad de ver al niño Dios y salió en busca de los Reyes Magos, pero ya no los alcanzó.
Fue entonces cuando decidió regalar dulces a todos los niños que se encontraba en su camino, con la esperanza de que alguno de ellos fuera el Niño Jesús.
Desde entonces, todos los niños de origen italiano reciben en Navidad un regalo sorpresa o dulce de la anciana Befana.