Fernando Reyes Flores, director de la Reserva de la Biosfera Tehuacán – Cuicatlán, informó que con la cercanía de las fiestas decembrinas comienza también la extracción de biznagas de esta Área Natural Protegida (ANP), por lo que ya se hacen operativos de vigilancia para evitarlo.
Reyes Flores refiere, que esta área cuenta con la mayor biodiversidad en el continente americano, pues aquí hay ecosistemas y especies que son únicas, reúne además el 70 por ciento de las familias de flora a nivel mundial y más de tres mil especies de plantas vasculares de estas el 10 por ciento son propias de esta zona, lo anterior de acuerdo con el sitio InfoRural.
Esta Reserva es un espacio enigmático en el que converge la riqueza biológica, geológica, cultural e histórica, enclavada entre los estados de Puebla y Oaxaca.
Se trata de un lugar ideal para observar el vuelo y escuchar el canto de las guacamayas verdes y observar los bosques de cactáceas columnares únicas en el mundo ofreciéndole al visitante una experiencia diferente en un desierto que esconde magníficos paisajes.
En esta ANP existen además sitios de valor universal excepcional que muestran los primeros registros de la domesticación de especies y tecnificación de la agricultura en Mesoamérica.
Y precisamente uno de los atractivos naturales de esta área es la alta densidad de cactáceas columnares únicas en el mundo; presencia de colores de vegetación características que dependen de la temporada del año (Inflorescencias de los magueyes, colores de las burseras, paisajes contrastantes en temporada de secas y de lluvias).
Precisamente por la biodiversidad que alberga, la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, es una de las áreas naturales protegidas más emblemáticas en nuestro país.
Los habitantes distribuidos en sus 490 mil 186 hectáreas, que abarcan a 21 municipios de Puebla y 30 del territorio oaxaqueño, se han convertido también en guardianes permanentes para preservar toda esta riqueza natural que les rodea.
A nivel mundial existen más de mil 400 especies de cactáceas. Nuestro país alberga 669, de las cuales 518 son endémicas. Ello coloca a México en el primer lugar con estas especies de cactáceas.
La biznaga pertenece a la familia de las cactáceas y se reconoce por sus formas globulares, siendo además uno de los cactus más emblemáticos en nuestro país.
Se encuentran en peligro de extinción por su uso desproporcionado principalmente para fines gastronómicos.
Habitan en diversos ecosistemas, pero la mayoría se desarrollan en ambientes áridos y semiáridos; en zonas de alta presión atmosférica con corrientes de aire seco.
Se trata de plantas perfectamente adaptadas a tipos de clima áridos, pues precisamente en sus formas esféricas se almacena agua que pierden en cantidades mínimas por evaporación y la cual conservan en sus tejidos.
Sus grandes, vistosas y aromáticas flores son objetivos que atraen a mariposas, colibríes, murciélagos, abejas y abejorros que contribuyen a su polinización.
Mientras que sus frutos sirven de alimento a especies como reptiles, aves y pequeños mamíferos que ayudan a la dispersión de las semillas.
De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), hay dos especies de biznagas mexicanas con las que se obtiene el dulce de acitrón: la Biznaga Burra o Tonel Grande (Echinocactus platyacanthus), y la Biznaga Barril de Acitrón (Ferocactus histrix).
Ambas están enlistadas como especies endémicas en peligro de extinción en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
Además, por la temporada de adorno de los altares se usan las pequeñas, soluches y los magueyes, ya que son especies que se acostumbra utilizar.
Se trata de un dulce tradicional que se incluye en una gran diversidad de recetas mexicanas, como por ejemplo en los chiles en nogada y la rosca de reyes.
El acitrón se prepara con la pulpa de la biznaga, la cual se pela y corta en bloques que se impregnan con una especie de jarabe muy espeso hasta que el tallo alcanza un 70% de azúcar. De esta forma, se sustituye el jugo de esta planta casi por completo.
Una vez llevado a cabo dicho proceso, se le corta en trozos para ponerlo a la venta en los mercados.
Por esta razón es que desde el año 2005, la entonces Sagarpa clasificó a la biznaga como una especie protegida, pues se le estaba sobreexplotando con fines culinarios y se puso en riesgo a la especie.
Reyes Flores mencionó que en 2017, se realizó el decomiso de casi 70 biznagas y para el 2018 sólo 16, ya en años posteriores no se han tenido reportes, sin embargo, en este 2021 ya se han activado los recorridos en los que participan 21 brigadas comunitarias, Policía Estatal, Guardia Nacional y los inspectores de PROFEPA, con el fin de prevenir la extracción de especies.
Los puntos de mayor riesgo son los caminos de acceso debido a que por esta Área Natural Protegida (ANP) cruzada la súper carretera Cuacnopalan – Oaxaca y la carretera federal 125, además de los caminos de terracería que son considerados puntos de extracción.
Las especies de biznagas mencionadas padecen diversos problemas que afectan su presencia en varias regiones del país:
La Profepa enlista los principales motivos para imponer una sanción por extracción de especies protegidas, como la Biznaga:
Las especies de biznagas más proclives a la extracción ilegal son:
Por ello es que el director de la Reserva de la Biósfera de Tehuacán-Cuicatlán, indicó que se está empezando la gestión con las autoridades municipales para poder hacer acciones que permitan inhibir la extracción de estas cacataceas, además de que se tiene documentado que los saqueadores son gente del Estado de México y Veracruz.