Un nuevo supercontinente está en proceso de formación en la Tierra, y su nombre es Amasia. Este cambio significativo en la geografía del planeta ha llevado a muchos a preguntarse: ¿dónde quedarán México, y especialmente Puebla, en esta nueva configuración terrestre? Aquí te lo contamos.
Hace 300 millones de años, los siete continentes que existen ahora en la Tierra estaban unidos en una gran y única masa terrestre conocida como Pangea.
Con el tiempo, las placas tectónicas separaron este supercontinente en los continentes actuales. Sin embargo, en los próximos siglos, el mismo movimiento de la corteza terrestre que provocó la división de Pangea volverá a unir los continentes, formando un nuevo supercontinente denominado Amasia.
De acuerdo con un estudio geológico realizado por la Universidad de Curtin y la de Pekín, este supercontinente se formará dentro de los próximos 200 millones de años, formándose sobre el océano Atlántico y dejando el hemisferio sur del planeta con menos tierra.
El nombre de Amasia surge por la fusión entre América y Asia.
https://x.com/CurtinMedia/status/1575703698889908224
Como lo mencionamos con anterioridad, la llegada de Amasia implica la unión de todos los continentes actuales en una sola masa de tierra, transformando drásticamente la geografía y el clima del planeta, incluyendo temperaturas más altas y condiciones extremas en su interior.
Los estudios geológicos sugieren que los movimientos tectónicos futuros podrían resultar en una configuración geográfica del país.
Según estudios geológicos, se anticipan importantes cambios en la geografía de México, particularmente en estados como Baja California, donde se proyecta que la península se desplace hacia el norte, acercándose a la costa oeste de los Estados Unidos.
Además, los estados más cercanos de Puebla, Oaxaca y Veracruz podrían experimentar transformaciones significativas debido a fenómenos geológicos como la subducción de la placa de Cocos bajo la placa de Norteamérica.
Esto podría desencadenar actividad volcánica y sísmica, así como la formación de fosas oceánicas. Se cree que la costa del Pacífico y del Golfo de México podría hundirse, dando lugar a la aparición de nuevas islas en estas regiones.