Las comunidades cercanas a un volcán corren distintos riegos, pues deben enfrentar diversos fenómenos a causa de una erupción.
Una erupción puede ser de distintas dimensiones y sus efectos son avalanchas, caída de balísticos, ceniza, flujos piroplásticos, lahares y lavas.
En Puebla, la contingencia que actualmente tiene el Semáforo de Alerta Volcánica en Amarillo Fase 3 produce caída de ceniza, la cual incrementó el domingo 21 de mayo.
Los reportes del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) indicaron la presencia de material incandescente, tremores, expulsiones de fumarolas de gases y vapor de agua, así como exhalación de ceniza.
Las erupciones que se presentaron desde la tarde del viernes 19 de mayo fueron de tipo estromboliana, que se caracteriza por explosivas separadas por periodos de calma de extensión variable.
Este tipo de explosiones no genera avalanchas en el coloso, pero en caso que se diera otro tipo de erupción, habría afectaciones para comunidades de municipios de estados de Puebla y Morelos.
Al menos así se demuestra en el mapa de proyección del Atlas Nacional de Riesgo en su página http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/apps/Popocatepetl/
De acuerdo con el Cenapred, las avalanchas son el colapso y desprendimiento catastrófico de un sector del coloso, causado por el rompimiento lateral del volcán.
Como resultado del derrumbe, se producen avalanchas de roca con volúmenes de grandes dimensiones que viajan a velocidades cercanas a los 100 kilómetros por hora, que destruyen y sepultan todo lo que encuentran a su paso, alterando la topografía y provocando cambios considerables en la red hidrográfica.
Se precisa que este tipo de eventos, las avalanchas de gran magnitud, ocurren en el escenario de menor probabilidad.
Es decir, no son frecuentes y generalmente disparan erupciones de gran magnitud por pérdida súbita de presión magmática.
En el Popocatépetl se han reconocido depósitos de avalanchas de escombros, asociados con los volcanes antiguos Nexpayantla y Ventorrillo, antecesores del cono actual.
Se caracteriza por implicar un movimiento descendente de escombros, a gran velocidad, de un sector del volcán.
La evidencia de que un volcán ha experimentado una avalancha o derrumbe gigante son los cráteres con forma de herradura que se crean durante estos eventos.
En el mapa de proyección, se pinta de amarillo el área que estaría en riesgo en caso de presentarse una avalancha en el Popocatépetl.
En lo que respecta a Puebla, las comunidades que resultarían afectadas son: San Pedro Benito Juárez, Atlixco, Tochimilco, Hueyapan, Atzitzihuacán, Tochimizolco, Emiliano Zapata, Huaquechula, Cacaloxúchil, Soledad, Tepeojuma, Tlapanalá, Tepexco, Calmeca, Tilapa, Atencingo, Chietla, La Galarza, Izúcar de Matamoros, Ayutla y Huehuetlán.
No llegarían las avalanchas a la ciudad de Puebla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Tianguismanalco, Nealtican, San Andrés Calpan y Xalitzintla.
Mientras que en el estado de Morelos las avalanchas llegarían a Tetela del Volcán, Yecapixtla, Peña Flores, Yautepec, Oaxtepec, Cuautla, Amayuca, Jonacatepec, Jantetelco Jalostoc, Atotonilco, Tepalcingo, Axochiapan, Tzacatlán y Tlancualpican.
El mapa no contempla afectaciones por avalancha a comunidades de municipios del Estado de México.