El reloj del El Gallito, el emblemático monumento ubicado en el Paseo Bravo, en la esquina de la 11 sur y avenida Reforma, en el Centro Histórico de la capital poblana, causó sorpresa por la ausencia de sus manecillas.
No se trató de un robo, como se especuló en redes sociales, sino que la razón fue su retiro para realizar labores de mantenimiento y reparación por parte de la relojería Centenario de Zacatlán.
Llamado así por tener un gallo en la parte superior, este monumento tiene 100 años de historia.
Fue un regalo de la colonia francesa en Puebla para la celebración del Centenario de la Consumación de la Independencia de México en 1921.
El diseño y construcción del reloj fue encargado a Carlos Mastretta Magnani, emigrante italiano y patriarca de la familia poblana a la cual pertenece la escritora Ángeles Mastretta.
El diseño del reloj se basa en un gallo que señala los puntos cardinales.
Su estilo es arquitectónico francés de los inicios del siglo XX y su estructura es de estilo art nouveau.
El Gallito sufrió daños significativos en el sismo de junio de 1999, cuando tuvo que ser reparado tras caer de su base.
El Gallito forma parte de los 2 mil 619 monumentos que hay en el primer cuadro de la ciudad de Puebla, mismos que fueron integrados al expediente que se presentó para obtener la declaratoria de Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El sitio donde está localizado el reloj es el denominado Paseo Bravo, un parque urbano inaugurado en 1840, que debe su nombre al general insurgente Miguel Bravo.
El reloj es referencia obligada para los poblanos, turistas locales y nacionales, así como punto de reunión o de visita.