El término correcto de la destrucción de símbolos y monumentos con fines políticos o ideológicos es la iconoclasia.
Esta acción es común verla durante distintos tipos de manifestaciones que se llevan a cabo no solo en México, sino en el mundo.
Su objetivo, de acuerdo con los movimientos sociales, es lograr un cambio en el gobierno o en el sistema.
Esta acción es una de las más cuestionadas y criticadas, en la marcha del 8M.
Los movimientos feministas suelen dañar monumentos históricos durante sus protestas para exigir un alto a los feminicidios y a la violencia de género.
La ciudadanía ha señalado estos actos como vandálicos.
En ocasiones, ha indicado que así no se resuelven las cosas.
Las autoridades de distintos estados del país, entre ellas las de Puebla, optan por cubrir o proteger dichos monumentos.
También colocan cercos de seguridad con agentes policíacos.
Cabe mencionar que la iconoclasia ha caracterizado las marchas que realizan las mujeres cada 8 de marzo.
En la entidad, como en el resto del país, esta acción no es un delito.
Aunque la iconoclasia se compara con los cargos de vandalismo y daño en propiedad ajena, la ley no la castiga. Lo anterior por sus fines ideológicos.
De acuerdo con el Artículo 6 de la Constitución Mexicana, la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público.