El cacao ceremonial, a diferencia del comercial, no ha sido tostado o procesado más allá de lo necesario para el consumo humano.

Es decir, se trata de un producto más puro y natural, sin conservadores ni aditivos que agotan las cualidades naturales del cacao.

El cacao tiene un ingrediente activo llamado teobromina, que es un vasodilatador, diurético y estimulador del corazón.

La teobromina posee propiedades estimulantes que lo hacen diferente de la cafeína.

Aumenta el flujo sanguíneo, disminuye la presión arterial y el ritmo cardiaco, produce en quien lo consume un estado de ánimo positivo y una sensación de tranquilidad.

Debido al oxígeno adicional que llega al cerebro, se presentan mejoras en la función cognitiva y aumenta el estado de alerta y equilibrio.

De ahí que al ser una suerte de estimulante, al igual que otros elementos naturales, se hayan creado ceremonias y rituales en torno a su consumo.

Las ceremonias del cacao

En principio, hay que considerar que la experiencia de cada persona con el cacao ceremonial es diferente.

A manera de preparación se debe guardar un ayuno previo de tres horas.

El cacao ceremonial se debe consumir en polvo crudo diluido en agua sin gas a temperatura corporal.

Obviamente, la dosis del cacao ceremonial a consumir es importante.

Además de que existen otras alternativas de preparación para su consumo, que incluye la mezcla con otros elementos naturales, 100 por ciento orgánicos.

En el portal https://es.cachao.eu se puede consultar más información sobre el cacao ceremonial.

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