La cocina conventual de Puebla es una de las más importantes de México y se desarrolló a partir del siglo XVI en los conventos de las órdenes religiosas que se establecieron en la ciudad de Puebla.
La cocina conventual es una fusión de la gastronomía indígena y española que dio lugar a una variedad de platillos únicos y deliciosos, entre ellos, los dulces típicos de Puebla que han conquistado el paladar de generaciones.
La gastronomía de Puebla es muy rica y variada, y en cuanto a los dulces y postres típicos, no es la excepción. A continuación, te presentamos algunos de los dulces más representativos de Puebla que se fabrican actualmente en los conventos:
Actualmente elaboran los siguientes dulces: macarrón, marinas de nuez y piñón, galletas de nuez, mantequilla y naranja, rompope, buñuelos, duraznos envinados y polvorones sevillanos durante las fiestas navideñas.
ate de membrillo, dulce de higo, rompope y galletas de naranja cuando tienen pedidos. También producen polvorones y buñuelos pero no para venta al público.
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Durazno prensado, rompope, anisete y campechanas. En fiestas de fin de año vía pedido elaboran polvorones de cacahuate y nuez, rosquitas de naranja y envinadas, cacahuates garapiñados, merengues y trufas de chocolate.
El 16 de julio de cada año fabrican un dulce de almendra con peras o durazno, pero este es de consumo interno, no para la venta.
Durante las fiestas navideñas fabrican jamoncillo de pepita y jaleas de tejocote; en ocasiones también elaboran galletas de nata y naranja.
Este es el monasterio más antiguo en la ciudad de Puebla. En su cocina se crearon las famosas tortitas de Santa Clara, cuyo nombre original es tortitas de Santa Catalina. Su nombre surgió porque en aquella época se vendían en la puerta de la iglesia de Santa Clara.
Actualmente fabrican campechanas de manera artesanal, ate de tecojote, membrillo y rompope. En diciembre producen polvorones de cacahuate, buñuelos, galletas de cerveza y nuez; en enero hornean la tradicional rosca de reyes.
Actualmente no producen dulces típicos, aunque elaboran algunos dulces cubiertos como el higo, tejocote, chilacayote y camote.
Las monjas dominicas de Santa Inés se dedican a la fabricación de tamales y atole.
Fabrican los camotes poblanos, duraznos de pepita de calabaza rellenos con mamón envinado, rollitos de ate de membrillo y guayaba, aunque este último lo traen de Morelia, Michoacán.
Fabrican algunos dulces en Navidad como polvorones, buñuelos, rompope, galletas de figuritas y ate de membrillo para consumo interno.
Elaboran de manera artesanal buñuelos, galletas, rompope, higos cubiertos y pan de dulce como conchas blancas y de chocolate, además venden jamoncillo de pepita, palaquetas, rollos de dulce de leche, tortitas de Santa Clara y muéganos.
Con información del libro Orígenes de la Cocina Poblana y la tesis Análisis de la industria de los dulces típicos de la ciudad de Puebla, de Ana Laura Domínguez Paredes