El estado de Puebla ocupa el tercer lugar nacional en casos de linchamiento en el país, después del Estado de México y la Ciudad de México.
La región de la entidad con el mayor registro de estos hechos violentos es Tecamachalco, ubicada en la zona conocida como el Triángulo Rojo, informó Rodolfo Tadeo Luna de la Mora, investigador del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ., de la Universidad Iberoamericana Puebla.
El académico, que realiza una investigación al respecto, considera que de acuerdo con las tendencias, habrá por lo menos un linchamiento al año, motivado en esta ocasión por el encierro y el enojo que ha ocasionado la pérdida de empleos y la crisis económica.
Reveló que desde el año 2015 se ha dado un incremento exponencial en este tipo de conflictos sociales.
En entrevista para El Universal Puebla, el investigador explicó que el linchamiento es una ejecución extrajudicial de una persona a manos de un grupo, y no es una definición legal que esté tipificada, sino una conducta de las ciencias sociales que implica que una multitud o un grupo de personas atacan buscando quitar la vida por cualquier razón.
Lo que comúnmente detona el linchamiento es un agravio de tipo moral hacia la comunidad, por ejemplo, en Veracruz se ha visto que los linchamientos se dan en contra de personas que hacen brujería, pero en Puebla se cometen esos actos por el aumento de la delincuencia y por la falta de acceso a la justicia.
Luna de la Mora señaló que entre el 2017 y el 2018 fue la etapa más crítica, pues este problema se triplicó con relación a lo registrado 28 años atrás.
“El municipio de Puebla es la zona que concentra el mayor número de casos y eso tiene que ver directamente con el número total de población. Pero si sacamos la tasa del número de linchamientos por cada mil habitantes, encontramos que la región de Tecamachalco es la que tiene la mayor tasa de linchamientos, el dato es de 2.19 linchamientos consumados por cada 100 mil habitantes”, citó.
Esa cifra revela la relación entre los linchamientos y la presencia de la delincuencia en una zona considerada “caliente” por los problemas de huachicol y otros crímenes.
El investigador espera que los tres niveles de gobierno hagan algo al respecto, en concreto, políticas publicas dirigidas a la prevención y no reactivas. Además, dijo, esas acciones deben estar encaminadas a la atención directa a las comunidades, pues se ha demostrado que después de que viven un evento de esa magnitud, la población se siente más insegura.
El académico de la Universidad Iberoamericana señaló que el Protocolo de Actuación para casos de Intento de Linchamiento con el que cuenta el gobierno del estado no funciona, y se creó como una respuesta a la recomendación que hizo en su momento la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por el caso de un linchamiento en Ajalpan.
Actualmente el maestro Tadeo Luna de la Mora realiza la investigación “Linchamientos en Puebla: Violencias extremas que conjugan violaciones de derechos humanos”, en el que también destaca que la mayoría de los casos quedan impunes, ya que sólo se ha detenido a las personas de casos mediáticos.
