Ya sea haciendo trabajos ilegales, peligrosos y degradantes, la esclavitud infantil continúa afectando a la población más vulnerable en todo el mundo, de ahí la importancia de crear conciencia y exigir su erradicación.
Por ello, el 16 de abril de cada año, es la fecha que diversas organizaciones no gubernamentales a nivel internacional establecieron como Día Internacional contra la Esclavitud Infantil.
Estas organizaciones estiman que más de 200 millones de niños a nivel mundial padecen de la esclavitud infantil en cualquiera de sus formas, como lo son:
- Trabajo forzoso
- Trata infantil
- Esclavitud doméstica
- Matrimonio forzado
- Reclutamiento para ser soldados o combatientes
- Explotación sexual
En el caso de México, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hay más de 2 millones 500 mil niños trabajadores, de los cuales el 8.4 por ciento de la población infantil que labora se concentra en los estados de Colima, Guerrero y Puebla.
De acuerdo con la investigación Esclavitud Moderna de la Infancia: Casos de Explotación Laboral en las Maquiladoras, se narra el caso de menores de 8 y 9 años que trabajan como adultos en una maquiladora de pantalones de mezclilla en el municipio de Ajalpan, Puebla.
El trabajo hecho por el alumno e investigador Joaquín Cortez Díaz, los menores no van a la escuela, muchos apenas aguantan cargar los pantalones, pero dicen que tienen que trabajar porque no tienen papá o este murió, les duelen las manitas y tienen hambre, pero trabajan a la par que los adultos.
La investigación refiere que en el caso de Puebla, la falta de recursos económicos y el desconocimiento desorganizado de los derechos humanos, es que los menores son explotados con jornadas de trabajo de 12 horas, condiciones precarias y salarios bajos.
Cortez Díaz se propuso trabajar en las maquiladoras y llevar a cabo la “observación participante”, lo que le permitió atestiguar el trabajo que los niños realizan, como “recogen 20 bultos de 60 pantalones al ritmo de las máquinas”.
Narró que duró solo dos días con ese trabajo, al cual calificó de desgastante y refirió que entre las máquinas y la pelusa los niños, entre 8 y 14 años, desayunan; de las 13:00 a 14:00 horas es el tiempo de la comida, y a las 20:00 horas terminan su jornada laboral en la que gana en promedio 550 y 750 pesos por más de 48 horas semanales.
A esta situación se suma que no hay medidas mínimas de seguridad y los menores de edad constituyen del 10 al 15 por ciento de trabajadores de la maquila.
“En lugar de estar en las aulas, marcan las telas, cortan y recogen la mezclilla, son violentados no solo por el patrón, sino por sus propios compañeros adultos”, describe en su estudio.
Por otro lado, los dueños de las maquilas niegan la existencia de niños entre su nómina, “tener niños trabajando es muy común en maquiladoras clandestinas, que son la mayoría, ya que son muy pocas las que están bien establecidas y que dan seguro”.
La investigación de Cortez Díaz reveló que al entrevistar a varios de los niños señalaron que las altas jornadas de trabajo los obligaban a comprar 50 pesos de cristal para aguantar, “antes inhalaban thinner, pero ahora les alcanza para algo más”.
Esta problemática social que existe en las maquiladoras, no solo afecta a niños, también hay niñas y señoras que trabajan toda su vida, sin respeto a sus derechos humanos.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), conforme a la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, Puebla tiene la segunda tasa más alta de trabajo infantil en el país, con 18.3 por ciento de la población de menores de entre 5 y 11 años.
La entidad también se mantiene en el segundo lugar con 12.6 por ciento de tasa de ocupación en actividades económicas que no están permitidos por la ley, ya sea porque ponen en riesgo su salud o que afectan su desarrollo físico y mental.
Con el 12.1 por ciento, la entidad poblana también se ubica en segundo puesto nacional con menores de 5 a 17 años que se emplean en sectores como la construcción, minas, agropecuario, bares y cantinas, entre otros.
Además, con 7.4 por ciento ocupa el cuarto sitio de menores entre 5 y 17 años que hacen quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas, como horarios prolongados, en medios insalubres o en lugares peligrosos y con bajas remuneraciones, en el mejor de los casos.