Puebla se ha mantenido en los primeros lugares a nivel nacional en materia de trata de personas, alertó María Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ de la Ibero Puebla.
“En Puebla, el tema de trata de personas no ha tenido ni el peso ni la relevancia suficientes. Es uno de los graves delitos y una grave violación a los Derechos Humanos. Desde el 2009, después de Chiapas, Puebla ocupa el segundo lugar en el número de víctimas de trata de personas, y el tercer lugar en carpetas de investigación, después de la Ciudad de México y Chiapas”, dijo.
En el marco del Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, que se conmemora cada 23 de septiembre, la especialista destacó que en el estado no hay avances importantes en la materia.
Agregó que en Puebla las mujeres son las principales víctimas y la forma de explotación más recurrente es la sexual, de acuerdo con estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que ubican a Puebla en el cuarto lugar nacional en el delito de trata de personas.
El mismo informe nacional señala a los municipios de Puebla, Cuautlancingo, San Martín Texmelucan, Tehuacán e Izúcar de Matamoros como los puntos que concentra el mayor número de carpetas de investigación.
De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado de Puebla, en el 2021 se han presentado 32 denuncias por el delito de trata de personas.
En entrevista con ehttp://eluniversalpuebla.com.mxArrambide González subrayó que Puebla se mantiene en los primeros lugares porque no se ha hecho nada en materia de prevención y erradicación de la explotación sexual, pese a que es uno de los compromisos internacionales que asumió México con el Protocolo de Palermo.
En el artículo tercero de dicho protocolo se define a la trata de personas como la captación, transporte, traslado, acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción.
La trata de personas es canalizada a la explotación sexual, el trabajo forzado, el matrimonio forzado, la venta de niños y la extracción de órganos.
Agregó que la deficiencia en la atención a esta problemática social comienza desde que no hay cifras oficiales por parte de instancias estatales y los pocos que se llegan a obtener son de la sociedad civil o diagnósticos hemerográficos como los que hace el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación.
A decir de la especialista, se sabe que Tlaxcala es un lugar de captación de víctimas y las trasladan a Puebla con fines de explotación sexual.
También hay evidencia de que las mujeres del sur, como el estado de Chiapas, son traídas a Puebla con los mismos fines. En ambos casos, dijo, el método principal de captación es el enamoramiento, aunque también se les engaña con ofertas laborales.
En ese sentido, sugirió impulsar informes periódicos por parte de las autoridades y fortalecer políticas públicas a través de programas preventivos y de atención a las víctimas, mediante la elaboración de diagnósticos que ubiquen las formas de captación, edades y perfiles.
“Los riesgos de no abordar estas problemáticas y graves violaciones con la suficiente seriedad, manda un mensaje de tolerancia estatal hacia la delincuencia organizada que fomenta la repetición y el agravamiento de las violaciones a los Derechos Humanos”, consideró.