Un día cómo hoy hace 200 años, la ciudad de Puebla fue sede de la proclama independentista de Agustín de Iturbide con la lectura del Plan de Iguala, con el que esta ciudad se adhirió a la gesta de Independencia de México, recordó el Centro Puebla del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El INAH señaló que de acuerdo con un documento que se encuentra en la Biblioteca Palafoxiana, ese día por la mañana una comitiva formada por autoridades civiles y eclesiásticas escoltaron a Agustín de Iturbide desde su hospedaje en el Palacio Episcopal hasta la sede del Ayuntamiento, señala el INAH en sus redes sociales
En el salón de las sesiones del Ayuntamiento había un dosel con un crucifijo y el Evangelio abierto, y ahí se leyó el Plan de Iguala.
Luego se repitió su lectura en el Palacio Episcopal ante el obispo Pérez Martínez y su Cabildo, para posteriormente, desde el balcón principal del Colegio Carolino, realizar otra proclama de independencia.
Los actos terminaron con una misa en la Catedral, donde el obispo pronunció un discurso que empezaba con el verso del salmo 123: "Quebrantóse el lazo, quedamos en libertad".
De esta manera la ciudad de Puebla, la segunda en importancia en el país en esa época, se adhirió a la causa de la independencia.
La relación de Agustín de Iturbide con Puebla está registrada en la historia, pues fue en esta ciudad, considerada entonces la segunda más importante del país, donde se dio lectura al Plan de Iguala.
En el Palacio Episcopal, ahora edificio de Correos y Telégrafos, Agustín de Iturbide se alojó del 2 al 5 de agosto de 1821 para el juramento solemne de la independencia.
Por este hecho hay quienes llaman a Puebla la primera ciudad independiente de México, previo a la firma de los Tratados de Córdoba el 24 de agosto de 1821 y la entrada del Ejército Trigarante encabezado por Iturbide el 27 de septiembre de ese año.
Iturbide fue el regente del primer gobierno provisional mexicano y en 1822 se proclamó emperador Agustín I, para posteriormente abdicar en marzo de 1823, e irse al exilio a Europa.
Declarado enemigo público, el militar regresó a México para advertir de una conspiración contra el país y fue arrestado al desembarcar en Tamaulipas.
Cinco días después de la aprehensión de Iturbide, por decreto del segundo Congreso Constituyente, el 19 de julio de 1824 fue fusilado.
Sus restos se encuentran desde 1838 en la catedral Metropolitana de la Ciudad de México.