A lo largo del presente mes observarás de manera constante en publicidad, autoridades gubernamentales y en asociaciones civiles, el uso del color rosa, porque es el símbolo para crear conciencia entre mujeres y hombres sobre la lucha contra el cáncer de mama.
El objetivo de hacer evidente el color rosa es fomentar entre la población a nivel mundial la necesidad de realizar la autoexploración, revisiones periódicas y chequeos para poder detectar el cáncer a tiempo.
Fue la Organización Mundial de la Salud (OMS) la que designó este color para resaltar la lucha contra este padecimiento que consiste en el crecimiento anormal de células malignas en el tejido mamario.
Instauró el 19 de octubre como el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, un día que sirve de recordatorio a la sociedad de luchar contra este mal, y la necesidad de concientizar sobre la prevención, detección, tratamiento y cura.
Estas campañas de concientización también se acompañan con el uso de un moño de color rosa o un listón cruzado que mujeres y hombres usan en la solapa de la ropa.
En 1990, la Fundación Susan G. Komen del Cáncer de Mama regaló gorras rosas a las sobrevivientes de Cáncer de mama que corrieron en el Maratón Nacional por la cura en Estados Unidos.
Ahí fue donde surgió el color rosa para asociarlo a las campañas de concientización sobre el cáncer de mama, y dos años después, en 1992, se popularizó el uso del listón por Alexandra Penney, editora de una revista para mujeres; y Evelyn Lauder, vicepresidenta de una compañía de cosméticos muy reconocida.
Dado el impacto que tuvo estos movimientos, el mismo año de 1992, el New York Times lo definió como “el año de los lazos”, y rápidamente este símbolo se popularizó por todo el mundo convirtiéndose en un ícono asociado a la lucha contra el cáncer de mama.
De acuerdo con el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR), en México, el de mama es la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres mayores de 25 años de edad, al registrar 15 muertes al día, y el grupo de edad más afectado es el de 50 a 69 años.
En tanto, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en mujeres de 30 a 59 años de edad este tumor maligno acaba con la vida de 23 mujeres por cada 100, mientras que en mujeres de 60 años de edad en adelante, se da en 13 de cada 100 mujeres.
En el caso de Puebla, los nuevos casos de cáncer de mama registrados durante 2020, en mujeres de 20 años o más, muestra que en el estado se tiene una incidencia de 13.65 a 18 por ciento por cada 100 mil, lo que colocó a la entidad por debajo de la media nacional en el 2020.
Las mayores tasas (22.36 a 26.71) se encuentran en Chihuahua, Ciudad de México, Baja California y Baja California Sur.
Le siguen (estrato 18.01 a 22.35) Querétaro, Coahuila, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes, Tamaulipas y Nayarit.
En el siguiente estrato (13.65 a 18) se encuentra Tlaxcala, Puebla, México, San Luis Potosí, Veracruz, Michoacán, Guanajuato, Durango y Zacatecas.
Las entidades con las menores tasas (de 9.29 a 13.64) son Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Campeche, Colima, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Tabasco.
El Instituto Nacional de Cancerología destacó que el 80 por ciento de las muertes son prevenibles si se cuenta con detección oportuna y el tratamiento adecuado.
En ese sentido, la recomendación sigue siendo la autoexploración de manera periódica, hombres y mujeres, principalmente a partir de los 25 años de edad.