Entre los trabajadores jóvenes que laboran en el denominado home office o teletrabajo comienza a tomar fuerza la necesidad de retomar el trabajo presencial.

En esencia, de acuerdo a una estimación general, los integrantes de la generación Z serían los que impulsan en gran medida esa tendencia.

Los nacidos entre 1996 y 2012, conforman la Generación Z y en el plano formal, muchos de ellos, ingresaron al ámbito laboral durante la pandemia, y al ser una generación más apegada al uso de herramientas digitales, un amplio volumen se desempeña desde entonces en el denominado teletrabajo o home office.

En esencia, para ellos es desconocido el ambiente del trabajo presencial y las acciones colaterales que representa, que van desde el traslado hasta la alimentación y la observancia de un horario formal, en donde hay que dejar testimonio de asistencia, muchas de las veces mediante checadores.

En el fondo, esos jóvenes ven el trabajo presencial una novedad, una esfera desconocida que anhelan conocer, porque solo tienen referencias indirectas de lo que significa y la forma como se realiza.



Aprecia en el trabajo presencial una novedad, ligada a la oportunidad de salir de casa, para conocer un ambiente nuevo.

Una situación que contrasta abiertamente con la posición de quienes aprecian las bondades del trabajo a distancia, primordialmente como una acción que les permite superar las necesidades de traslado, ligadas a gastos extraordinarios en los rubos de vestimenta, alimentación y cuidados personales, entre otros.

Sin duda, para quienes no conocen el ambiente del trabajo presencial, la opción se presenta como algo llamativo y novedoso, que les permitirá contar primordialmente con un mayor nivel de interacción social y convivencia.

A fin de cuentas, todo indica que ambas esferas de trabajo presencial y a distancia terminarán por coexistir, porque tanto para la parte patronal como para los trabajadores, las dos tienen ventajas y desventajas que se deben valorar, en específico, para asumir una toma de decisión.

Por lo pronto, la generación Z, quiere tener contacto con la esfera del trabajo presencial.

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