La pirámide de Cholula, también conocida como Tlachihualtepetl (cerro hecho a mano), es un sitio arqueológico que ha cautivado tanto a locales como a turistas a lo largo de los siglos.
Incluso es un símbolo de Puebla con el volcán Popocatépetl a un costado.
Sin embargo, uno de los aspectos intrigantes de la ciudad más antigua de América es la presencia de un templo católico en la cima de la Gran Pirámide, lo cual ha generado ciertas dudas sobre su origen.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuando llegaron los españoles a Cholula, la gran pirámide estaba abandonada y en gran parte sumergida por la tierra, así que lo único que ellos vieron fue una colina cubierta de hierba.
Años más tarde, el padre Fray Toribio de Benavente, “Motolinia”, descubrió que se trataba de los restos de un antiguo teocalli y, como tal, lo describió en su "Historia de los indios".
En 1594 decidieron construir una humilde ermita dedicada a la Virgen de los Remedios, sin embargo, en 1864, un devastador terremoto la dejó casi completamente destruida, lo que llevó a su reconstrucción.
Finalmente, en 1874, la iglesia fue bendecida en una ceremonia especial en la que estuvo presente el entonces gobernador de Puebla, Ignacio Romero Vargas.
Aunque todavía no se ha determinado si los españoles estaban conscientes de la existencia de la pirámide o si seleccionaron este sitio únicamente por su impresionante ubicación geográfica, lo que sí es cierto es que la construcción prehispánica estuvo escondida bajo la tierra y los árboles, hasta que en 1910 comenzó la edificación de un manicomio en su base.
En consecuencia, para 1931 bajo la dirección del arquitecto Ignacio Marquina, la pirámide comenzó a explorarse y después de 25 años se perforaron ocho kilómetros de túneles, lo que facilitó el descubrimiento de los distintos niveles de la pirámide.
¿Qué hay al interior del Santuario de la Virgen de los Remedios?
El interior del templo es de estilo barroco republicano con altares de madera y yeso y decoración dorada en bóvedas y muros.
La cúpula peraltada está forrada en su exterior de azulejo de talavera y decorada con pinturas alegóricas.
Desde su atrio se tiene una espectacular vista de los cuatro puntos cardinales en donde se puede observar el valle cholulteca y a lo lejos, el volcán Popocatépetl.
En el atrio hay una cruz atrial tallada en piedra con formas foliadas.
Para llegar a esta iglesia deberás ascender un camino empedrado de 48 escalones hasta el atrio.