Las restricciones establecidas por el gobierno del estado para los comercios considerados no esenciales, provocó la reducción de la venta y consumo de café en Puebla.
Ello, a su vez, redujo la demanda hacia los productores y provocó la incertidumbre para las familias que dependen de este mercado.
Francisco Alonso, propietario de tostadores y molinos de café “La Mascota”, comentó que, como proveedor, vende principalmente el producto a hoteles, restaurantes, cafeterías, loncherías, desayunadores y comedores, pero todos estos establecimientos tuvieron que cerrar de manera temporal y otros de manera definitiva.
Aun cuando poco a poco comienzan a retomar las ventas, estima que cerca del 60 por ciento de sus clientes quebraron.
Por ahora, para sobrevivir, el café que se produce en Tlatlauquitepec, en la Sierra Norte de Puebla y en Coatepec, Veracruz, lo comercializa por internet y de puerta en puerta.
En una charla con El Universal Puebla, el empresario cafetalero habló sobre los desafíos que enfrenta esta industria.
Confía en que, para apoyar la recuperación de este sector, las autoridades deberían promover el consumo del aromático, pues en México es de entre 600 gramos a 1.4 kilos per cápita y en Europa alcanza los 5 kilos por persona.
“La industria del café no ha crecido mucho en cuanto al cultivo, prácticamente son las mismas familias de siempre; lo que sí ha aumentado es el número de acaparadores que compran muy barato al productor y eso hace que no crezca”, argumentó.
Por experiencia propia –ya que su familia tiene una finca cafetalera-, sabe que el apoyo de los gobiernos federal y estatal es principalmente para los productores de la Sierra Norte de Puebla, así como para algunos otros de Oaxaca y Guerrero.
Pero considera que esa ayuda es insuficiente, ya que tampoco hay asesoría para que cierren todo el ciclo, desde la producción hasta la comercialización.
“Para que el café llegue a una taza pasan 8 años. Una buena producción de una mata es de 7 kilogramos de café cereza para que se puedan obtener 1.5 kilos de café oro, es decir, el café listo para tostarse, molerlo y ponerlo a la venta”, comenta mientras habla de la importancia del cuerpo, olor, sabor y acidez que debe tener.
Al respecto, el pasado 19 de febrero, la Secretaría de Desarrollo Rural del estado de Puebla publicó la convocatoria del Programa Recuperación del Campo Poblano, en el que se invertirán 200 millones de pesos y el cual contempla a la cafeticultura poblana.
Mediante esta estrategia se les apoyará con insumos para el manejo agronómico del café y el equipamiento, a fin de mejorar la producción y la comercialización.
La convocatoria se distribuyó en nueve delegaciones regionales de la Secretaría de Desarrollo Rural y se cerró el pasado 31 de marzo.
Como parte de esa estrategia, el pasado 24 de marzo, la dependencia estatal inició cursos de capacitación en catación y tostado de café, con la finalidad de profesionalizar y estandarizar los procesos que aportan calidad a los granos para su venta.
Se estima que la entidad cuenta con una superficie plantada de poco más de 70 mil 400 hectáreas, lo que permite una producción anual cercana a 128 mil toneladas de café, que equivalen a más de 800 millones de pesos. Ello, coloca a Puebla en el tercer lugar nacional por valor de producción y en el cuarto por superficie sembrada.
El Sistema Nacional de Información para el Desarrollo Rural Sustentable (SIAP) señala que 54 municipios producen café, pero los principales son Xicotepec, Zihuateutla, Hueytamalco, Tlacuilotepec, Jalpan, Cuetzalan del Progreso, Tlaxco y Jopala.