El estado de Puebla lo tiene todo y siglos atrás, de verdad que lo tenía todo, incluso dos salidas al mar, una por el lado del Golfo de México y otra por el Pacífico mexicano.
Al menos así lo refieren archivos históricos que dan cuenta de que la extensión territorial del estado de Puebla alcanzaba lo que hoy son los estados de Veracruz y Guerrero.
En el caso de Veracruz, de acuerdo con el documento “Historia del Poder Legislativo y de los Gobernadores del Estado de Veracruz”, publicado en 1971 y de autoría de Juan López Escalera, se señala que todo comenzó con Tlaxcala.
La primera distribución territorial del estado de Puebla contemplaba salidas al mar, una por el Golfo de México y otra por el Océano Pacífico, pero después de un tiempo, la división territorial provocó una serie de conflictos y Tlaxcala decide separarse, en 1793.
Tuxpan y Chicontepec eran municipios poblanos al norte del estado, entonces daban acceso al Golfo de México.
En el documento se señala que en 1858 los legisladores veracruzanos del Congreso Constituyente, entre ellos José María Mata, buscaron que Veracruz tuviera una continuidad territorial, sin Puebla en medio.
Es así como acuerdan con los poblanos que los territorios de Tuxpan y Chicontepec pasen a manos de los veracruzanos y, a cambio, Puebla se quedaría con los tres municipios que había cedido a cambio, que son Teziutlán, Zacapoaxtla y Tehuacán.
De esta manera fue como Puebla cedió a la distribución y con ello perdió sus playas por el lado de Veracruz. De no haber cedido su territorio, los poblanos podrían presumir de manglares, ríos y arrecifes por el lado de Tuxpan.
También tendría las playas Villamar, Cocoteros, Azul, San Antonio, Barra Galindo, Palma Sola (Estero de Mojarras), Benito Juárez, El Palmar y Emiliano Zapata, por el lado de Veracruz.
Mientras que por el lado de Guerrero, de no haberse dado la recomposición geográfica, gozaría de las playas del municipio de Tlapa, que antes le pertenecían a Puebla, tales como Ojo de Agua y Barra de Tecoanapa.