El volcán Popocatépetl o “Don Goyo” -como lo nombran los pobladores de la región- es un volcán activo cuya gran parte de su superficie se encuentra en territorio poblano, pero también se comparte con el Estado de México y Morelos.
En fechas recientes ha incrementado su actividad con explosiones, emisiones de columnas de humo y cenizas, así como sismos vulcanotectónicos, que es monitoreada todos los días por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Esta vigilancia no siempre fue así, porque el Popocatépetl es un volcán compuesto que tiene miles de años.
De acuerdo con información de Geoenciclopedia.com se estima que “Don Goyo” tiene unos 730 mil años de antigüedad y que es remanente de volcanes antiguos que colapsaron.
Su historia comenzó con la formación del volcán Nexpayantla, a través de la expulsión de flujos de lava andesítica (que se enfría rápido) y dacítica (magma).
Se dice que años después, el volcán Nexpayantla colapsó y en consecuencia se formó una caldera amplia y profunda, debajo de la cual se halla una cámara de magma.
El cono de un nuevo volcán llamado Ventorrillo emergió entonces, pero éste experimentó un colapso hace aproximadamente 23 mil años.
Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Popocatépetl, nombre náhuatl que en español significa “cerro que humea”, surgió hace 23 mil años antes de Cristo (a.C.) cuando hubo una gran erupción que destruyó el edificio volcánico previo.
Después se desencadenaron una serie de explosiones y cerca de siete grandes erupciones, las cuales incluían fumarolas, emisiones de ceniza y pómez.
La última erupción ocurrió en el año 800 después de Cristo. En total, existen 41 erupciones confirmadas a lo largo de la historia y hay cinco aún inciertas.
Además, se menciona que se ha registrado más de 15 grandes erupciones a partir de la llegada de los españoles a tierras mexicanas.
Toda esta actividad le ha dado una apariencia casi simétrica al coloso que cubre una superficie de 283 mil 192.53 hectáreas y tiene una altura de 5 mil 426 metros sobre el nivel del mar, considerado el segundo más alto de México y uno de los más peligrosos del mundo debido al número de comunidades que lo rodean.
Posee un cráter elíptico de paredes empinadas con una profundidad de 150 metros desde el lado inferior, un diámetro mayor de 900 metros y un ancho total de 400 por 600 metros.
Desde 1927 se había mantenido tranquilo hasta que en 1993 dos estaciones sismológicas cercanas operadas por los institutos de Ingeniería y Geofísica de la UNAM registraron un incremento en la actividad del volcán.
Para 1994, los gases y cenizas exhalados obligaron a los pobladores cercanos a evacuar sus hogares para ponerse a salvo.
Desde entonces se diseñó e inició en funciones el Sistema Integral de Monitoreo del Popocatépetl con más de 28 estaciones de medición operando en el volcán y zonas aledañas. Hacen monitoreo visual, sísmico y geodésico.
El reporte más reciente, al corte de las 11:00 horas del 5 de marzo de 2023, señala que en las últimas 24 horas se detectaron 106 exhalaciones acompañadas de vapor de agua, gases volcánicos y en ocasiones ligeras cantidades de ceniza.
Adicionalmente, a las 6:08 hora local de México, se registraron 26 minutos de tremor y una explosión menor, lo que ha mantenido una emisión constante de vapor de agua, gases volcánicos y ligeras cantidades de ceniza con dirección sureste.