La necesidad de obtener mejores oportunidades laborales obliga a niños, jóvenes, mujeres y hombres a abandonar sus comunidades y a emplearse en campos agrícolas, en industrias o en el sector de servicios sin saber lo que les depara el futuro.

La migración se da hacia otros estados del país, a Estados Unidos u otro país del mundo, donde no siempre corren con la mejor de las suertes.

En este contexto, se conocen casos de poblanos que han sido víctimas de esclavitud, tanto en campos agrícolas como en otras industrias, mismos que se difundieron luego de que pidieron ser rescatados.

En el marco del Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de Esclavitud que se conmemora cada 25 de marzo, hicimos un recuento de los casos más sonados.

-Rescate en Morelos

En febrero de 2014 fue noticia el rescate de 11 menores originarios de Puebla, que tenían entre 13 y 17 años de edad y que eran explotados en cultivos de caña del estado de Morelos.

Fue una señora de San Marcos Tlacoyalco, Puebla, quien reportó a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Morelos que en diciembre de 2013 su hijo salió de su casa y ya no regresó.

Tiempo después, un conocido le informó que el niño, junto con otros jóvenes, estaba trabajando en la colonia Lucio Moreno del poblado de Cocoyoc, perteneciente al municipio morelense de Yautepec.

Fue así que se descubrió este lugar, donde todos vivían en condiciones de explotación. Por estos hechos, se arrestó a un hombre de 69 años de edad, quien contrataba a los menores de edad para el corte de caña.

A los menores trabajadores les impedía salir de la zona de trabajo y se iniciaron las investigaciones para saber si eran robados y drogados para mantenerlos bajo el poder de algún grupo criminal.

Las autoridades del DIF de Morelos fueron las encargadas de resguardar a los menores y trasladarlos a sus lugares de origen.

-Rescate en la Ciudad de México

En junio de 2017 se supo del caso de seis menores y dos adultos, originarios de Puebla, Veracruz y Chiapas que eran obligados a vender alimentos transportados en carretillas.

Los hechos se registraron en la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo, de la hoy alcaldía Cuauhtémoc.

Ahí lograron detener a una mujer de 29 años de edad junto con su esposo, quienes obligaban a los menores a vender dulces y frituras en las calles de la colonia Roma, la zona Rosa y Chapultepec.  

En las indagatorias se descubrió que los menores solo recibían un alimento al día y no obtenían una remuneración económica por su trabajo.

También se supo que la pareja detenida viajaba a los municipios serranos de Puebla, Veracruz, Chiapas e Hidalgo, para ofrecer trabajo a menores de edad a cambio de un pago mensual, alojamiento y alimentación, ofrecimientos que nunca cumplió.

-Rescate en Sonora

En junio de 2018, con la ayuda de las autoridades de Sonora fue posible el rescate de indígenas de los municipios de Huehuetla y Olintla que eran explotados laboralmente en ranchos dedicados al cultivo de uva.

Se trató de 22 poblanos, entre mujeres y hombres, quienes eran empleados en el corte de uva y contratados por la empresa Agroindustrial Sonora.

Por violar sus derechos humanos y laborales se demandó a los ranchos “Viñedos 2000”, donde empleaban a pobladores de San Gabriel Chilac.  

En el rancho “Agrícola Don Roberto”, ubicado en Hermosillo, Sonora empleaban a los poblanos de Huehuetla, mientras que en el rancho Rosario, y uno más en el estado de Baja California Norte, explotaban a los poblanos indígenas de Olintla.

Las investigaciones revelaron que los poblanos fueron invitados a laborar en Sonora por una bióloga de nombre Patricia Tino Sánchez y por su pareja, Juan Carlos Galicia.

Ambos ofrecieron 12 pesos por caja de uva cortada, bono de ayuda de mil 200 pesos, hospedaje y comida, pero en realidad no les pagaron completo, les retuvieron sus salarios, trabajaban mucho y no les daban de comer.

-Rescate en Polonia

En abril de 2021, una mujer identificada como Katrzyna Sobczak, se identificó como representante de la empresa Euromexico Job y ofrecía empleo a los poblanos para trabajar en Polonia.

A esta oferta laboral, varios hombres atendieron el llamado, con la promesa de recibir entre 79.32 a 95.18 pesos mexicanos por hora y podían elegir jornadas de ocho, diez y doce horas.

Ante la necesidad de obtener una buena fuente de ingreso, cada uno destinó 20 mil pesos para cubrir el boleto de avión y los trámites migratorios.

Una vez estando en Polonia se encontraron con que recibirían menos de lo que les prometieron, sus actividades las tenían que hacer a bajas temperaturas y la jornada laboral era de 12 horas para todos.

Los poblanos pidieron regresar a México, pero la empleadora les recordó que habían firmado un contrato laboral por 3 años, de manera que si lo rompían debían pagar una penalización económica, lo que les impidió salir antes de lo previsto.

Después de pedir ayuda y denunciar este caso, los poblanos explotados pudieron ser rescatados.

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