Como parte de la recuperación económica a causa de la pandemia por Covid-19, en colonias de la ciudad de Puebla y zona conurbada es notorio el trabajo que desarrollan empleados del sector de la construcción.
La edificación de vivienda es notoria, pero muchos se cuestionan por qué siguen construyendo casas habiendo muchas que están abandonadas en distintos sitios, tanto en el norte como en el sur, así como en el oriente y poniente.
Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que más de seis millones de hogares quedaron deshabitados en el país.
De esa cifra, cerca de 315 mil viviendas se localizan en Puebla, en segmentos económicos de baja, media y alta.
Al referir que son propiedades abandonadas, significa que tienen propietario, pero no hay habitantes y no se les da otra utilidad, pues ni las rentan ni las venden.
De acuerdo con datos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda (Canadevi), así como de la Universidad Ibero Puebla, indican que las principales razones por las que sus moradores decidieron no ocuparlas más son:
- Altos costos de mantenimiento. Además de destinar parte de sus ingresos al pago de la hipoteca, también tienen que apartar recursos para darle mantenimiento como impermeabilizante, pintura, jardinería, paisajismo y otros.
- Inseguridad. Para quienes compraron vivienda de interés social, las de menor costo se ubican en la periferia de la ciudad, así como en unidades habitacionales, donde tuvieron que lidiar con problemas de inseguridad, falta de iluminación en la vía pública y escasa presencia de elementos de seguridad pública.
- Falta de servicios públicos. Al momento de adquirir una propiedad debes tomar en cuenta que la construcción cuente con los servicios públicos como agua potable, alumbrado, drenaje, servicio de limpia, escuelas cercanas, mercados y otros.
Algunas de las viviendas que se encuentran abandonadas, como en los fraccionamientos La Carmelita, Misiones de San Francisco y Castillotla en Puebla y en municipios de Cuautlancingo, Coronango y San Pedro Cholula, los compradores batallaron con caminos de terracería y tuvieron que caminar largos trayectos para encontrar servicio de transporte público.
La falta de agua potable también es otra razón por la cual los vecinos abandonan su vivienda, pues no cuentan con cisternas o tinacos extra para almacenarla y llega a caer uno o dos días por semana.
Además, tienen que apartar el líquido y eso les quita tiempo para realizar otras actividades como acudir a su trabajo. También representa un gasto extra tener que contratar pipas de agua, pese a que pagan el servicio de agua potable.
Sin escuela ni unidades médicas
No contar con escuelas públicas cerca de sus viviendas son otras razones por las cuales los poblanos abandonan sus casas, más para quienes tienen hijos pequeños, pues llevarlos a los planteles educativos fuera de sus colonias implica un gasto mayor en el presupuesto destinado al transporte, el cual usan mínimo dos veces al día.
Falta de ingresos
No contar con los recursos económicos para pagar las mensualidades de su vivienda es otra razón por la cual abandonan los inmuebles.
Esta problemática se incrementó a causa del confinamiento por Covid-19, pues muchos trabajadores fueron desempleados, otros mantuvieron su trabajo pero les redujeron sus salarios y otros más consiguieron un nuevo puesto, pero no mejoró su ingreso.
Al no poder pagar la hipoteca, eligieron regresar con sus familiares o rentar una vivienda más económica, dejando en abandono su casa.
De acuerdo con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) existen distintas
opciones para los trabajadores a fin de renegociar la deuda, de manera que no pierdan la casa que por derecho les corresponde.
Los trabajadores que se encuentren en una situación similar, deben acercarse a la delegación en Puebla para conocer las opciones con las que cuentan y “les hagan un traje a la medida”, pues cada caso es diferente, dependiendo de la edad del trabajador, tipo de ingresos, monto y tiempo que tengan con el crédito.
