El 15 de septiembre, México celebra una de sus festividades más importantes: el Grito de Independencia, conmemorando el levantamiento liderado por Miguel Hidalgo en 1810, que dio inicio a la lucha por la independencia del país.
Esta noche festiva, llena de orgullo patrio, es una oportunidad para reunirse en familia y disfrutar de la rica gastronomía mexicana, especialmente los platillos poblanos, reconocidos por su sabor inigualable y tradición.
A continuación, te presentamos algunos platillos poblanos que no pueden faltar en una auténtica noche mexicana.
Los molotes son un antojito imprescindible en Puebla. Hechos de masa de maíz, rellenos de guisados como tinga, papa o requesón, se fríen hasta quedar crujientes. Se acompañan con salsa y crema, y su sabor es perfecto para arrancar la noche.
Los tacos árabes representan una fusión deliciosa entre la cocina árabe y mexicana. En Puebla, se pueden encontrar en casi cualquier esquina, rellenos de carne de cerdo marinada, servidos en pan pita o tortilla de harina, con un toque de limón y salsa.
Las cemitas son uno de los platillos icónicos del estado. Este sándwich poblano, hecho con un pan crujiente y relleno de milanesa, pata, carnitas o carne adobada, se acompaña con aguacate, queso, pápalo y chipotle. Las cemitas son una excelente opción para disfrutar en cualquier momento de la noche.
Conocido en otras regiones como menudo o mondongo, el mole de panza es una opción muy popular en Puebla para combatir la resaca después de una larga noche de celebración. Preparado con panza de res, se sirve con cebolla, orégano, chile y limón, aportando un toque picante y reconfortante.
Los pambazos poblanos se rellenan de papas con chorizo, se cubren con adobo y se acompañan de aguacate, lechuga y crema. Las chanclas son otra versión deliciosa, donde el pan se baña en adobo y se rellena con carne de res y aguacate, creando una combinación única y sabrosa.
Un clásico en cualquier noche mexicana. Las chalupas son tortillas pequeñas fritas en manteca, cubiertas con salsa verde o roja, cebolla y carne de cerdo. Su sabor sencillo, pero delicioso es ideal para compartir entre amigos o familia.
El maíz es uno de los ingredientes más representativos de México, y los esquites, granos de maíz cocidos y servidos con mayonesa, queso, chile y limón, son una opción deliciosa. Acompañados de un buen vaso de chileatole, una bebida prehispánica a base de maíz y chile, forman el dúo perfecto.
Este es el plato estrella de Puebla, con un sabor incomparable que combina chiles, especias, semillas y chocolate. El mole poblano es un manjar que no debe faltar en una noche mexicana, tradicionalmente servido con pollo o guajolote y acompañado de arroz.
Este platillo, similar a las chanclas o pambazos, consiste en pan frito relleno de frijoles, carne de cerdo o res, aguacate, queso fresco y crema, todo bañado en salsa guajillo. Es una auténtica delicia para el paladar.
El chile en nogada es uno de los platillos más tradicionales durante las fiestas patrias del 15 de septiembre en México. Su preparación incluye rellenar chiles poblanos con una mezcla de carne de res, cerdo y frutas. Luego, se capean y se cubren con una salsa de nuez, queso de cabra y vino de Jerez, y se decoran con granos de granada y perejil.
Cada uno de estos platillos aporta su propio sabor y tradición, recordando la riqueza de la gastronomía poblana y su inigualable contribución a la cocina mexicana.