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Placas que hay en edificios antiguos de Puebla revelan crímenes de amor, decapitados, fugas y otros secretos

Las placas que hay en las fachadas de inmuebles relatan historias verídicas que pocos conocen pero que permanecen imborrables

En el atrio de la Iglesia de Santo Domingo hay una placa que narra la trágica muerte del poeta Gutierre de Cetina | EsImagen para El Universal Puebla
22/11/2023 |13:52
Erika Rodríguez
RedactorVer perfil

Puebla, rica en historia y tradición, alberga calles cuyas placas se convierten en testigos mudos de eventos intrigantes y pasajes oscuros.

Aquí te presentamos algunas de las historias fascinantes que se esconden en las placas más antiguas de las calles de Puebla.

El poeta español herido de muerte en Puebla

En las enigmáticas calles del Centro Histórico de la ciudad de Puebla hay una placa en memoria del poeta Gutierre de Cetina, quien fue herido de muerte en 1554.

De acuerdo con el Instituto Cervantes, una organización pública creada en 1991, Gutierre de Cetina fue un poeta español del Renacimiento y del Siglo de Oro español.

En 1546 se trasladó a Nueva España, en donde decidió radicar en Puebla de los Ángeles y se enamoró de Leonor de Osma, pero bajo su ventana fue herido de muerte en 1554 por un rival celoso.

Aunque existe poca información histórica en torno a este personaje, el hecho de que pereciese en Puebla un poeta de esta magnitud, justificó que la fecha, el lugar y circunstancias del fallecimiento fueran recordadas a través de una placa.

La placa se encuentra sobre la 5 de mayo, afuera del atrio de Santo Domingo.

Foto: Facebook Puebla de Antaño

La fuga de Porfirio Díaz

En la calle 6 sur del Centro Histórico de Puebla, justo atrás del edificio Carolino, hay una placa que conmemora un hecho histórico muy poco conocido.

“El 20 de septiembre de 1865, por este lugar se fugó el General Porfirio Díaz prisionero de los franceses después del sitio de Oaxaca, valiéndose de un cable amarrado a una estatua de San Ignacio”, se lee en dicha placa.

La leyenda dice que al caer la ciudad de Oaxaca en manos de fuerzas francesas en 1865, Díaz fue trasladado a la ciudad de Puebla, donde fue encerrado en diferentes partes: el primer lugar fue el fuerte de Loreto, después el ex convento de santa Catalina y finalmente, el Colegio Carolino, sede del Colegio del Estado, donde logró escapar victorioso.

Según la descripción de libro “Memorias de Díaz", junto a su fiel soldado Julián Martínez, el general, desafiando todos los peligros, logró escapar escalando los muros de la Iglesia de la Compañía, y después con una cuerda se descolgó hasta la calle, (parte trasera del hoy edificio Carolino), sede de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) donde ya lo esperaba un criado.

Foto: Facebook Puebla de Antaño

Aquí estuvo colgada la cabeza de Don Antonio de Benavidez

A pesar de que varios historiadores poblanos debaten el lugar exacto en el que estuvo la Santa Inquisición en Puebla, una de las placas más antiguas de Puebla revela los castigos que el tribunal del Santo Oficio, ejercía a aquellos que desobedecían.

En la fachada del Templo de la Compañía de Jesús, uno de los más importantes de la República, se observa una placa en talavera que cuenta: “En el arco principal de esta fachada, estuvo colgada por orden de la inquisición la cabeza de Don Antonio de Benavidez (El Tapado), falso visitador de España, ejecutado el 12 de Julio de 1684”.

El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en la Nueva España llegó a su fin durante los últimos años del Virreinato.

Foto: Facebook Puebla de Antaño

El Insurgente que fue decapitado en el Paseo Bravo

En el atrio de San Marcos en la 9 Norte y avenida Reforma se encuentra una columna con una inscripción que señala que el 15 de abril de 1814, el insurgente Miguel Bravo fue fusilado y luego decapitado en Puebla.

Su cabeza se exhibió en una jaula como trofeo de guerra. Miguel Bravo participó en la guerra de Independencia al igual que sus hermanos. Se unió a las filas de Morelos y ayudó a hacer frente a los realistas en el sitio de Cuautla y en la toma de Oaxaca.

De acuerdo con Archivo Histórico Municipal, fue hasta 1827 cuando el estado mandó a construir un monumento a Miguel Bravo, pero el infortunio persiguió a este insurgente aún después de muerto, ya que la estructura quedó en abandono y deteriorado.

Pese a que este monumento fue modificado en varias ocasiones, en 1898 el Ayuntamiento lo cedió al museo militar del batallón Zaragoza en San Javier, de donde se perdió.

Actualmente, sólo se conserva la base, que recientemente fue instalada en el atrio del templo de San Marcos, en donde descansan los restos del insurgente Miguel Bravo.

Foto: Facebook Puebla de Antaño


A la memoria del Niño Héroe José Vicente de la Soledad Suárez

De acuerdo con varios historiadores, José Vicente de la Soledad Suárez conocido por ser uno de los seis “Niños Héroes” nació en la Sierra Norte de Puebla, para ser más exactos en Xochitlán.

Sin embargo, en la capital poblana hay una placa donde se dice fue bautizado en la Parroquia del Señor San José, el 5 abril de 1833.

La placa dice: “A la memoria del Niño Héroe José Vicente de la Soledad Suárez que murió en defensa de la Patria en el Castillo de Chapultepec, el día 13 de septiembre de 1847, siendo cadete del Heroico Colegio Militar”.

“Puebla de los Ángeles lo vio nacer el día 3 de abril de 1833, y fue bautizado en esta Parroquia del Señor San José, el día 5 del mismo mes y año. Habiendo sido sus padres Don José Ignacio Suárez y Doña María Tomasa Vázquez. El primer Comité Pro Bandera y la Delegación en Puebla de la H. Asociación de Alumnos del Heroíco Colegio Militar. 13 IX 1958-”.

Foto: Facebook Puebla de Antaño