Pocos poblanos saben que en el estado existe un grupo de pescadores que lucha por la conservación de las aves migratorias en la zona de la Presa Necaxa, la primera de generación eléctrica en la República Mexicana.
A través de programas de conservación, se ha logrado que diversas especies de flora y fauna permanezcan en el planeta y no desaparezcan como muchas otras. Para ello, lo único que se necesita es tomar conciencia de que todos formamos parte de un ecosistema.
Así lo entendieron los Pescadores de Patoltecoya, habitantes de una comunidad perteneciente al Pueblo Mágico de Huauchinango, en la Sierra Norte de Puebla. Sin necesidad de libros, acuerdos o documentos, decidieron comprometerse con el cuidado de las aves en la Presa Necaxa.
Por amor a la naturaleza, por preservar la flora y fauna del lugar y por respeto al entorno en el que viven, hace algunos años se organizaron como cooperativa y crearon un grupo que mantiene trabajos de conservación en el área de la presa.
¿Cómo los Pescadores de Patoltecoya cuidan a las aves de la Presa Necaxa?
Estos pescadores producen tilapia, una especie no endémica, pero que han logrado cultivar de manera sustentable en una parte de la presa, sin afectar el medio ambiente y garantizando el sustento de sus familias.
Además de la producción pesquera, los Pescadores de Patoltecoya, encabezados por Ángel Vargas Aparicio, realizan diversas labores para la conservación de la flora y fauna de la presa. Entre estas actividades se incluyen la reforestación en las orillas del embalse, la recolección de residuos sólidos y la protección de las especies nativas.
Una de sus tareas más importantes es la protección de las aves migratorias que llegan desde Canadá hasta la Presa Necaxa para descansar. Los pescadores las resguardan de cazadores furtivos y de otras amenazas, como ocurrió en su momento con un cocodrilo que alguien introdujo en la presa y que representaba un peligro para las aves.
De acuerdo con Enrique Ramírez Cuautenco, encargado de turismo en la cooperativa, gracias a un trabajo en equipo lograron retirar al cocodrilo de la presa, ya que no era su hábitat natural, y así garantizaron la seguridad de las aves migratorias.
¿Cómo visitar a las aves migratorias en la Presa Necaxa?
Como parte de su labor de conservación, los pescadores ofrecen recorridos en lancha para que los visitantes puedan apreciar diversas especies de aves, como patos, garzas, cormoranes, águilas negras, águilas pescadoras y halcones.
El águila real y el águila negra están en peligro de extinción en México, lo que hace aún más relevante el trabajo de conservación en la zona. Además, el turismo sustentable contribuye a que los lugareños obtengan recursos y puedan continuar con sus esfuerzos de protección ambiental.
El recorrido tiene un costo de 100 pesos por hora, con capacidad para tres personas por lancha. Los pescadores reman a lo largo de la presa para facilitar el avistamiento de las aves. Para minimizar el impacto ambiental, los recorridos son bajo control y requieren reservación previa.
Quienes deseen vivir esta experiencia de "aveturismo" pueden comunicarse al +52 776 135 7323 o contactar a los pescadores a través de su página de Facebook: Pescadores de Patoltecoya.
Durante el recorrido, se recomienda a los visitantes hablar en voz baja, evitar ruidos fuertes y no utilizar cocinas portátiles, ya que estos factores pueden espantar a las aves. Además, es importante llevar binoculares para una mejor observación.
¿Dónde está la Presa Necaxa?
La Presa Necaxa se localiza en la Sierra Norte de Puebla y abarca varios municipios, entre ellos Nuevo Necaxa, Juan Galindo y el Pueblo Mágico de Huauchinango. Se puede llegar a ella conduciendo por la autopista México-Tuxpan, a menos de tres horas de la ciudad de Puebla.
Este embalse forma parte de la lista nacional de humedales de importancia internacional y está registrado como sitio Ramsar, un reconocimiento internacional que promueve la conservación y el uso racional de los humedales, especialmente aquellos que sirven como hábitat para aves acuáticas.
La construcción de la presa comenzó en 1902 con agua proveniente de los ríos Necaxa, Tenango y Xaltepuxtla. Su muro de contención, de 912 metros de longitud, fue terminado en 1905, convirtiéndose en la primera presa de generación eléctrica del país.
Hoy en día, además de su importancia histórica e industrial, la Presa Necaxa es un refugio clave para la biodiversidad y un destino ideal para los amantes de la naturaleza.