El socavón de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, fue fotografiado durante los estudios que realiza Protección Civil (PC) estatal y el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED), donde se observa con detalle su profundidad aproximada de 45 metros.

La oquedad mantiene un diámetro de 126 metros, mientras elementos de PC Estatal y de CENAPRED

Los expertos realizaron esta semana pruebas geométricas de suelo para ubicar distancia, profundidad y georeferenciar los sitios del muestreo.

Para sus actividades los geólogos utilizan el equipo penetrómico mecánico denominado “panda”.

Asimismo realizaron tomas del socavón con un dron, que serán analizados por el CENAPRED.

En los estudios también participaron funcionarios de la Secretaría del Medio Ambiente del estado de Puebla.

El equipo empleado por los geólogos sirve para el reconocimiento de suelos y el control de compactación.

Expertos de la UNAM nos explican

Un grupo de expertos del Instituto de Geología de la UNAM explicó en los datos más relevantes del socavón de Puebla.

Ramón Espinasa Pereña, especialista en vulcanología, comentó que en el formado en Puebla se observa que la parte superficial corresponde a los flujos de lodo generados a raíz de la erupción del hace 850 años, mismos que cubrieron los depósitos piroclásticos del Iztaccíhuatl.

En cada una de esas capas se aprecia una serie de cavidades por donde fluye o ha fluido agua en algún momento, lo que permite el arrastre de partículas.

Espinasa Pereña descartó que la sismicidad del volcán Popocatépetl tenga alguna relación directa con la formación del socavón.

¿Cuándo dejará de crecer el socavón de Puebla?

El académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM puntualizó que para impedir que siga evolucionando podrían estabilizarse las laderas.

Sin embargo, advirtió que se se trata de un procedimiento costoso, tampoco sería funcional rellenarlo pues no serviría de nada porque cualquier material sería erosionado.

“Lo más probable es que haya que dejar que siga evolucionando y eventualmente las laderas se harán menos inclinadas; con ello el socavón dejará de crecer”.

Puntualizó que por tratarse de un fenómeno que se desarrolla por debajo del suelo y evoluciona hacia la superficie sin que se perciba, no se puede predecir el momento del colapso.

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