Hace dos meses la vida de Yezmin Orduña Benítez dio un giro de 180 grados, luego de que ella y su familia acudieron a un día de campo, sin imaginar que en el regreso a casa sufrirían un accidente automovilístico.
Al cumplir dos meses del trágico hecho, ella sigue en espera de justicia y demanda a las autoridades estatales que no quede impune su caso.
En entrevista con El Universal Puebla, la mujer relató que el sábado 3 de junio propuso a su familia ir a un paraje conocido como Axamilpa, en Tepexi de Rodríguez.
Ellos son vecinos de San Martín Caltenco, perteneciente a Tochtepec, por lo que tomaron la carretera a Molcaxac.
Dijo que la idea del día de campo era para levantarle el ánimo a su esposo, quien en diciembre de 2022 sufrió la amputación de una pierna, luego de que un conductor bajo los influjos de una sustancia ilícita chocó contra él.
El paseo se desarrolló sin contratiempos. Para el regreso, su hijo Ángel David Medina, de 19 años de edad, venía conduciendo el auto modelo Corsa negro con placas de circulación XWK -189.
Como copiloto iba su esposo de 37 años, atrás su hija Isis Jade (de 17 años), Fernando, un amigo de su hija de 15 años, y ella de 42 años.
Atrás, en otra unidad, venía su suegra, sus cuñados y su tercera hija de 11 años, quienes observaron el momento en el que el conductor de un Volkswagen Jetta, con matrícula 963- XNS del Estado de México, en una curva sobre la carretera La Colorada-Tepexi de Rodríguez invadió el carril contrario y los golpeó de frente.
En el relato, Yezmin comentó que, de acuerdo con sus familiares, el presunto responsable conducía bajo los influjos del alcohol, al igual que su acompañante.
Estiman que manejaba a 140 kilómetros por hora y provocó la muerte instantánea de su esposo y sus dos hijos, mientras que ella y el joven Fernando sufrieron fracturas de gravedad.
Fernando tuvo desprendimiento de mandíbula, fractura de tibia, fémur y peroné en la pierna derecha.
Ella fue trasladada a un hospital de Molcaxac, pero debido a la gravedad de las lesiones la enviaron al Hospital General de Tecamachalco, donde sólo le suturaron la herida en la cabeza y como no le daban muchas esperanzas de vida la refirieron al Hospital de Traumatología y Ortopedia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ciudad de Puebla.
Ahí ingresó la noche del 3 de junio, donde le pusieron cuatro unidades de sangre y gracias a la intervención de los especialistas, quienes la entubaron y la mantuvieron en coma inducido durante cuatro días, pudieron operarla.
Le pusieron fijadores, clavos y tornillos en todo el cuerpo debido a las fracturas en cráneo, clavícula izquierda, pelvis, fracturas en rodilla, tibia, fémur de pierna izquierda, fractura de rodilla, fémur y tibia del lado derecho, así como fractura en radio y cubito de brazo izquierdo.
Orduña Benítez añadió que en el caso de los presuntos responsables, ellos no sufrieron ninguna lesión.
De acuerdo con videos que grabó su familia, los hombres salieron ilesos de la unidad, pero con notable olor a alcohol.
“Como vieron que los estaban grabando, primero mostraban señas obscenas, pero después comenzaron a fingir dolor, se los llevan al hospital y ahí los desaparecen. Se juntó gente de mi pueblo y ellos pedían que los entregaran, pero ya no estaban”, apuntó Yezmin Orduña.
Abundó que la misma gente de la zona identificó a uno de ellos con el nombre de Mario y es señalado por haber provocado otro accidente vehicular, también por conducir alcoholizado.
Desde entonces no se conoció más del paradero de los presuntos responsables. La denuncia se presentó el 4 de junio de 2023 ante la Fiscalía General de Justicia del Estado, por el delito de homicidio culposo, de acuerdo con el expediente FGEP/CDI/FIR/TEPEXI-I/004135/2023.
Sin embargo, a dos meses de lo ocurrido, a la fecha no le han dado a conocer cuál es el avance de las investigaciones, solo le dijeron que van a indagar de dónde son los señalados, sin más datos.
Ella fue dada de alta el 25 de julio y después de ver que “vive de milagro”, se dio a la tarea de exigir justicia para que no quede impune su caso.
“Para mí la justicia es que los metan a la cárcel. Porque no es justo que por dos personas ebrias e irresponsables mi hija de 11 años quedó huérfana de padre, mi vida haya cambiado. Quedé incapacitada y mi recuperación me llevará más de un año para comenzar a caminar. Me quedé sin esposo y sin mis dos hijos”, insistió.
Orduña Benítez y su hija de 11 años son atendidas por su familia materna, por la ayuda en especie de sus vecinos y por las autoridades municipales de Tochtepec, como el edil Zenón Badillo Télles y Nayeli Duché García, quien a través del DIF brindan ayuda psicológica para ella y su hija.