La boa constrictor, conocida coloquialmente como “mazacuata”, habita en Puebla y gran parte del país, sin causar aparentemente mayores afectaciones entre la población.

La la describe como una experta trepadora, conocida por su habilidad para moverse entre la vegetación, trepar árboles, nadar y ser sigilosa al acechar a sus presas.

Puede pesar hasta 45 kilogramos y medir hasta cinco metros. En el ámbito reproductivo, puede tener hasta 26 crías, que nacen en la temporada de lluvias, son independientes y miden hasta 40 centímetros.

Se distribuye en gran parte de México y, a nivel continental, en Sudamérica. Habita en climas cálidos, templados, húmedos, secos, áridos y semiáridos, y acostumbra a asolearse en las ramas de los árboles. Es solitaria y la mayor parte de su actividad es nocturna. Se alimenta de lagartos, pájaros, zarigüeyas, murciélagos, ratas y ardillas.

Es considerada una controladora de plagas; para cazar a sus presas, permanece cerca de ellas y con un movimiento rápido las enrosca con su cuerpo hasta asfixiarlas.



En Puebla, se han avistado mazacuatas no solo en Tlatlauquitepec, sino también en localidades como Huauchinango y Hueytamalco, aunque generalmente pasan desapercibidas debido a su actividad nocturna.

Los parques nacionales y áreas naturales del estado de Puebla albergan una amplia variedad de flora y fauna, incluida la mazacuata, cuya especie ha sido estigmatizada en películas.

La boa constrictor tiene un promedio de vida de 25 a 30 años y, en sus mandíbulas, poseen diminutos dientes que le sirven para atrapar y sostener a la presa mientras la envuelve para apretarla y asfixiarla.

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