Durante las últimas semanas se han registrado niveles de contaminación atmosférica “regular” en la zona metropolitana del Valle de Puebla, una situación que no puede pasar desapercibida por los poblanos, ya que esta condición puede provocar daños a la salud.

La Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) estatal explicó que los días 21 y 22 de mayo se elevaron los niveles de partículas PM 10 y PM 2.5, lo que significó “deficiente” calidad del aire, debido a las altas temperaturas por la temporada cálida-seca y baja humedad en el ambiente.

Para los días 23, 24 y 25 de mayo, los niveles de contaminación atmosférica estuvieron en rango “regular”, al no superar parámetros de la Norma Oficial Mexicana (NOM).

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) destacó que casi el 99 por ciento de la población en el mundo respira un aire que supera los límites de calidad recomendados por la OMS y pone en peligro su salud.

Más de seis mil ciudades de 117 países monitorean la calidad del aire, pero las personas que viven en ellas siguen respirando niveles insalubres de materia particulada fina y dióxido de nitrógeno, siendo las personas que viven en los países de ingresos bajos y medianos quienes sufren las exposiciones más altas.

La materia particulada, especialmente la PM 2.5, es capaz de penetrar profundamente en los pulmones y entrar en el torrente sanguíneo, lo que afecta a los sistemas cardiovascular, cerebrovascular y respiratorio.

Mientras que el dióxido de nitrógeno (NO2) se asocia a las enfermedades respiratorias, sobre todo al asma, lo que provoca síntomas respiratorios como tos o dificultad para respirar, ingresos hospitalarios y visitas a los servicios de urgencias.

El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) del gobierno federal, el pasado 20 de mayo, reveló los efectos negativos de la contaminación del aire, de acuerdo con el reporte mundial de la Comisión Lancet sobre Contaminación y Salud.

En el informe se menciona que cada año 9 millones de personas en el mundo mueren prematuramente por la contaminación, lo que equivale casi el número de habitantes de la Ciudad de México en el año 2020.

También destaca que la contaminación atmosférica, que al año cobra la vida de 50 mil mexicanos, tiene impacto en la salud, mucho más grande que el causado por las guerras, el terrorismo, malaria, VIH, tuberculosis, drogas y alcohol.

El estudio, en el que participa como coautora la doctora Mara Téllez Rojo, adscrita al Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del INSP, añade que han aumentado en un 66 por ciento las enfermedades causadas por formas modernas de contaminación.

Es decir, las impulsadas por la industrialización, la urbanización descontrolada, el crecimiento de la población, la quema de combustibles fósiles y la ausencia de una adecuada política química nacional o internacional.

Por ello, resaltan la necesidad de centrar acciones en áreas clave como la contaminación del aire, intoxicación por plomo y la contaminación química.

Hace unas semanas, José Antonio Martínez García, secretario de Salud estatal, dijo que las personas que tienen antecedentes de problemas en los bronquios, deben de extremar los cuidados a la salud.

La mala calidad del aire exacerba todas las enfermedades que reaccionan en el tracto respiratorio superior, debido a la inhalación de sustancias suspendidas en el aire.

La recomendación de las autoridades es evitar la actividad física al aire libre, usar cubrebocas, no quemar basura, mantener los automóviles en buenas condiciones, evitar hacer actividades cívicas, culturales y de recreo entre las 13:00 y 19:00 horas, y no fumar, especialmente en espacios cerrados.

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