Mientras realizaban la presentación del libro "La Democracia no se toca", en el gimnasio de la Universidad Iberoamericana en Puebla, los exconsejeros electorales Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama fueron increpados por un profesor.
El evento se desarrollaba sin contratiempos y ya se habían hecho las respectivas presentaciones de los exconsejeros y los moderadores, cuando un hombre con camisa guinda se puso de pie y con dureza les dijo que no tienen autoridad para hablar de democracia.
La mayoría de los presentes se sorprendieron, pero no secundaron al sujeto. Los maestros que estaban en las primeras filas le pidieron que permitiera que se llevara a cabo la presentación, mientras otros le gritaron a una sola voz “fuera, fuera, fuera”.
Otro hombre que vestía una camisa blanca se acercó a él y juntos salieron del gimnasio, donde siguió expresando su molestia sin dejar de alzar la voz y mostrando su enfado.
Ante los medios de comunicación que le siguieron hasta los jardines de la universidad privada, el hombre se identificó como Eduardo Sabugal, catedrático de Comunicación y Filosofía en la Ibero Puebla.
Indicó que el exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, no tiene calidad moral para presentarse en la universidad y hablar de democracia.
En sus reclamos repitió en todo momento: “¿por qué (Lorenzo Córdova) no se bajó el sueldo? Es racista, clasista, colonialista y corrupto. Está violando la Constitución, no se bajó el sueldo y se va a retirar con 9 millones de pesos, se burla de los pueblos originarios y se siente el llanero solitario”.
Justificó que interrumpió la presentación porque quería hacer un cuestionamiento “a partir de la democracia cognoscitiva de José Revueltas, pero no iban a pasar el micrófono, eso es típico de los anti demócratas”.
Insistió que es típico de ellos que las audiencias hacen las preguntas en un papel y las que le convienen las lee. También criticó que la dirección de la Ibero Puebla no haya consultado a la planta docente y a los alumnos sobre la presencia de los exconsejeros electorales.
“La universidad debe estar abierta a muchas voces, pero no a una voz racista, no a un tipo de voz que cancela a las demás”, dijo ya en un tono más tranquilo ante los medios, mientras en el interior del gimnasio continuó la presentación sin más contratiempos.