Por su ubicación geográfica y condición como una entidad cosmopolita, durante años la ciudad de Puebla y su zona conurbada han sido señaladas como refugio de delincuentes de todos los niveles y clases.
Tras algunas aprehensiones, quedaron al descubierto parte de sus gustos caros y extravagancias que parecieran no coincidir con su actividad delincuencial.
Uno de los aspectos más sonados ha sido la preferencia de algunos líderes de grupos criminales por vivir en zonas residenciales, ya sea rentando o adquiriendo propiedades.
El 9 de marzo de 2002, en la Escondida Residencial, ubicada en San Andrés Cholula, fue aprehendido Benjamín Arellano Félix en una casa de lujo.
El 8 de noviembre de 2007, en la avenida Juárez de la ciudad de Puebla, aseguraron las oficinas corporativas de Casa de Cambio Puebla, negocio mediante el que se adquirieron 13 aviones en cuatro años que habrían sido utilizados para transportar droga a territorio estadounidense por los cárteles de Juárez y Sinaloa.
El 12 de diciembre de 2012, en una residencia del fraccionamiento Puerta de Hierro, capturaron a Sergio Villareal Barragán “El Grande”, identificado como lugarteniente del cártel de los Beltrán Leyva.
El 12 de febrero de 2014, en La Vista Country Club elementos de las fuerzas armadas ingresaron a la residencia de la esposa del ex diputado federal Alberto Amador Leal, que era alquilada por Daniel Fernández Domínguez “El Pelacas”, presuntamente relacionado con el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, además de estar vinculado con los cárteles de los Beltrán Leyva y de Sinaloa. En el inmueble aseguraron seis vehículos de lujo.
Ricardo Arturo Pacheco alias ‘El Quino’, líder del cártel de Jalisco Nueva Generación, tenía una residencia en la comunidad de Chipilo y fue abatido en junio de 2017 durante un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Marina.
Las joyas aseguradas en Puebla entre 2005 y 2010 fueron 408. En febrero de 2020, el entonces gobernador, Miguel Barbosa Huerta, señaló que el combate a la corrupción en los entes investigadores era uno de los objetivos de la creación de Ley para la Administración, Enajenación y Destino de Bienes Asegurados, Abandonados, Decomisados y Extintos del Estado.
En ese momento refirió que se pretendía contar con un padrón real de los bienes incautados de la delincuencia para que el estado los administre y determine a dónde serán destinados, incluso ocuparlos para el pago a las víctimas de un delito.
Y reconoció que en esas circunstancias había “un descontrol, sobre cuántos bienes inmuebles deben de estar sujetos a acciones de extinción de dominio”.
De acuerdo con registros periodísticos, la Fiscalía General de la República informó (en diciembre de 2016, al responder a una solicitud de información) que, de 2005 a mediados de 2016, elementos federales realizaron 4 mil 603 incautaciones al narcotráfico en el estado de Puebla.
En general, la Secretaría de Marina, la Secretaría de la Defensa Nacional, la FGR y la entonces Policía Federal aseguraron dos aeronaves, 40 inmuebles, 408 joyas, 852 vehículos y 3 mil 303 armas de fuego.
Otro tema, son los decomisos de animales exóticos que se han realizado a traficantes de especies, en el territorio poblano, así como la recuperación de animales en cautiverio por estar en condiciones no adecuadas.
En este último rubro, uno de los casos más recientes se registró en el municipio de Chapulco, donde la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), rescató y decomisó leones, tigres, mapaches y una aguililla y los remitió a centros especializados para que fueran atendidos.