A poco menos de tres horas de la Ciudad de México y a 25 minutos del Pueblo Mágico de Zacatlán, Luchita Mia Eco Cabañas Boutique es un hotel ecoturístico con spa y otros servicios en donde para consentirse en medio de la tranquilidad del bosque.
Se ubica en la localidad de Camotepec, entre un bosque de pinos salpicado de rocas 'esculpidas' por la naturaleza de diferentes formas y tamaños, literalmente una galería de arte natural.
El clima es muy cambiante pero predomina el frío, por lo que se debe ir bien abrigado.
Estas cabañas buscan fomentar el empleo local, por lo que, además de utilizar productos de la zona, practicamos un turismo justo y ecológico. Luchita Mía ayuda a la comunidad de Camotepec a tener otra fuente de ingreso que permite mejorar las condiciones de vida", explica Mónica Rivera, propietaria del establecimiento.
Cuenta con spa para relajarse con un masaje o facial con música suave y aceites aromáticos.
Para una experiencia más espiritual o simplemente probar cosas nuevas, también ofrecen masajes con técnicas de Feng Shui bioenergético, con vistas al bosque.
También se proporcionan masajes en pareja, terapia de reiki y alineaciones energéticas; baños de vapor y desintoxícate o jacuzzi.
Son seis cabañas ecológicas en las que se puede pasar tiempo en pareja y dos villas para ir en familia o con amigos.
Mónica Rivera cuenta que su proyecto se llama Luchita Mia en honor a su abuela.
Era una mujer bondadosa que buscaba ayudar a las personas del campo, lugar en el que ella creció."
Este proyecto fue creado por mujeres para rendir homenaje a mujeres mexicanas, por esa razón sus habitaciones tienen nombre de mujeres destacadas en México.
Cada cabaña se decoró según la interpretación que Luchita Mia tiene sobre la personalidad de cada mujer, pero sin perder el estilo rústico y ecológico del alojamiento diseñado por Alejandra Mondragón Rivera, arquitecta e hija de Mónica. Todos los detalles son únicos
Las habitaciones de la cabaña familiar Las Adelitas son coloridas y llenas de elementos que te transportarán a los tiempos de la Revolución.
Frida Kahlo es una cabaña con una réplica exacta de la cama de la famosa pintora. María Félix es elegante con detalles en blanco y dorado, fiel al estilo de la Doña.
También se puede elegir entre María Sabina, Leona Vicario, María del Sol y María de la Luna. Las dos últimas son un tributo a mujeres que trabajan de sol a sol en el campo.
Algunas de las cabañas cuentan con terraza donde puedes contemplar muy de cerca el río de manantial natural que baja de la montaña.
El mismo complejo tiene su propio restaurante. con productos orgánicos y locales.
Mónica recomienda probar la sopa de setas, los hongos pomposos y el huitlacoche que prepara su chef de cabecera, quien es de origen alemán, pero siempre está reinventando su cocina y hace fusiones interesantes entre la gastronomía mexicana y alemana.
También cuentan con servicio de coctelería. También recomienda el vino de la casa y el mezcal que es traído de Oaxaca.
Además de pasar un tiempo de relajación, también hay la opción de estar en un fogata a las orillas del río.
Se organizan caminatas guiadas para conocer el lugar, en la que un guía da explicaciones sobre el paisaje y las especies de animales que habitan en este bosque.
Tambié se puede solicitar una cena romántica a la luz de las velas.
Valle de las piedras encimadas
Luchita Mia está cerca del Valle de Piedras Encimadas, rocas modeladas por la erosión con figuras alucinantes.
Las rocas miden entre 10 y 20 metros de alto y están rodeadas por un bosque de pinos, razón por la cual se recomienda ir con ropa para el frío, pues el clima es muy cambiante y un segundo hace mucho calor y al siguiente se siente un frío que congela.
En este valle se puede practicar senderismo, pasear en bicicleta por los senderos naturales o rentar una cuatrimoto.
Hay una tirolesa, practica de tiro con arco, caballos para montar y un laberinto natural formado por piedras de roca caliza. Incluso se rentan esferas rodantes.
Barranca de los Jilgueros
En las faldas de la Sierra Norte de Puebla hay un lugar bañado por cascadas, como la de Tres Marías que alimenta el río Ajajalpan, el cual la conecta con una cortina de agua de tres niveles: María Dolorosa, María Guadalupe y María Magdalena.
Miden 300 metros de altura y se pueden apreciar desde un mirador de cristal sobre una barranca.
Cascadas Tulimán
Desde el mirador se contempla la caída de agua. También se puede visitar la Poza de las Costillas con agua de manantial.
Con información de EL UNIVERSAL Destinos