Daniel Picazo es la víctima más reciente de un linchamiento en Puebla. Un fenómeno social que, desafortunadamente, se ha incrementado durante los últimos años.
Daniel tenía 31 años. Era abogado y colaborador en la Cámara de Diputados. La noche del viernes 10 de junio, después de las 23:00 horas, se corrió el rumor en la población de Papatlazolco, municipio de Huauchinango, sobre el supuesto intento de secuestro de un menor de edad por lo que retuvieron al hombre y lo golpearon, posteriormente lo rociaron con gasolina y lo quemaron.
Los linchamientos son un fenómeno social recurrente en Puebla. El caso más conocido es el de San Miguel Canoa en 1968, el cual quedó plasmado en la película "Canoa" de Felipe Cazals.
En investigación “Linchamientos. Violencias extremas que conjugan violaciones de derechos humanos”, el especialista Tadeo Luna realiza una análisis a profundidad de este fenómeno social en el estado de Puebla.
Luna, quien es investigador de la Ibero Puebla, hace una radiografía sobre los linchamientos en Puebla. Al respecto, te compartimos los datos más relevantes de su trabajo.
En comparación con otros estados, Puebla tiene una incidencia “extremadamente alta” de linchamientos.
Durante los últimos años se ha registrado un aumento en linchamientos en Puebla.
El incremento en casos y víctimas ha sido sostenido año con año, pero hubo un incremento exponencial de 2015 a 2017.
Resulta significativo el aumento exponencial de linchamientos entre 2015 y 2017 (de 3 a 14 eventos y de 5 a 21 muertos anualmente), y la posterior estabilización en límites máximos de casos en Puebla a partir de 2017.
Estos datos representan que, en el último lustro, los linchamientos en la entidad han aumentado en poco más de 600% (de tres en 2015 a 18 en 2019), y las víctimas mortales de linchamientos se han incrementado en 460% (de cinco en 2015 a 23 en 2019).
La siguiente gráfica ayuda a visualizar lo anteriormente descrito.
Los casos de linchamientos consumado en Puebla entre 2015 y 2019, el 85% ocurrió en zonas rurales y el restante 15% en zonas urbanas.
Así, 54 municipios poblanos (de un total de 217), registraron al menos un intento de linchamiento en su territorio, aunque cinco (Puebla, San Martín Texmelucan, Tehuacán, Amozoc y Atlixco) concentran 55% de los casos totales. (...)
Proporcionalmente las regiones con las tasas de linchamientos por cada 100 mil habitantes más altas son la región de Tecamachalco (2.19 linchamientos consumados por cada 100 mil habitantes), seguido de Libres (2.12) y Acatlán (1.92).
¿Qué es lo que provoca que un grupo de personas decida golpear hasta la muerte o rociar de combustible a una persona y prenderle fuego? La pregunta no tiene una respuesta sencilla.
El estudio de Tadeo Luna revela que en todos los casos registrados, el detonante de un linchamiento en Puebla fue un supuesto acto delictivo.
“Este dato es relevante porque ni a escala internacional ni nacional se lincha exclusivamente por situaciones relacionadas con la delincuencia, como sucede en el caso poblano”.
Es decir, los poblanos solo linchan a quien asumen que cometió un delito. Y la mayoría de las víctimas fue linchada porque supuestamente cometió un robo. Se trata de un castigo y una forma de escarmiento público.
La principal causa tiene que ver con robos y asaltos, seguida de los delitos sexuales y contra la libertad. En este último caso se encontraría el linchamiento de Daniel Picazo.
En 67% de los casos se linchó por supuestos delitos contra el patrimonio, seguido muy por debajo por delitos contra la libertad sexual (14%), la libertad (13%), y el feminicidio (5%).
Observando específicamente los casos donde el detonante es un supuesto delito contra el patrimonio, encontramos que en 44% de los casos el detonante es robo de vehículo;30 20% robo a casa-habitación; 15% robo a negocio y 12% asalto. Resulta interesante observar que, si dejamos de lado los supuestos delitos contra el patrimonio, en el resto de detonantes, intentos de secuestro, tocamientos o abuso sexual y feminicidio, de manera regular las víctimas son mujeres o niños.
La mayor parte de los linchamientos en Puebla han ocurrido por la comunicación de boca en boca. El 75%, es decir tres de cada cuatro, ocurren porque los vecinos se comunican y hacen el llamado.
En el 75% de los casos se utilizó el repique de campanas del pueblo, mientras que en un porcentaje menor se utilizaron las redes sociales o un silbato.
“La utilización de la comunicación directa de boca en boca refuerza la noción de los linchamientos como actos relativamente espontáneos”.
La mayoría de las muertes ha ocurrido por los golpes, el resto han sido causadas por quemaduras, disparos y ahorcamiento.
Los linchamientos tienen un fuerte componente simbólico, "que trasciende tanto al hecho concreto que lo detona, como al momento específico del acto, terminando por convertirse en un fenómeno político".
En más de la mitad de los casos (51%) se “pasea” o traslada a un lugar central o más visible a la víctima. Estos paseos, con finalidad ejemplarizadora y escarnecedora (Vilas, 2005), en muchos casos se complementa con el acto simbólico de desnudar a la víctima o de destruir su propiedad (por ejemplo, el vehículo en que se trasladaba); linchar no sólo se trata de castigar, sino de que este castigo sea visible y logre disuadir a los espectadores de cometer actos delictivos en la zona.
Si deseas consultar el trabajo completo de Tadeo Luna, puedes dar clic en este enlace.